Agridulce caramelo electoral para la Xunta

RUBÉN SANTAMARTA / PABLO GONZÁLEZ REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Evolución de las inversiones del Estado en Galicia
La Voz

La inversión del Estado en la comunidad cae un 1,6 %, pero Galicia es la segunda comunidad en gasto per cápita con casi 500 euros por habitante

05 ago 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El 2016 es año electoral. En Galicia. Pero no parece que esa circunstancia haya pesado especialmente en Hacienda para componer las cuentas del próximo ejercicio. De hecho, en un primer análisis territorializado, parecería que la comunidad ha salido mal parada en detrimento de otros territorios a los que ha hecho un guiño el Estado. Porque, de entrada, Galicia pierde 22 millones de euros en inversiones reales presupuestadas -otra cosa es el gasto efectivo que haya posteriormente-, un 1,6 % sobre la misma partida contemplada para este 2015. No es algo que, aparentemente, encaje en año electoral, sobre todo cuando el color del partido en Madrid y Santiago es el mismo (azul, PP).

El caso es que Galicia es una de las nueve comunidades en las que la inversión declina. Y es la primera vez que sucede desde que gobierna el paisano Rajoy -sin contar sus cuentas del gran recorte del 2013-, y contrasta con la notable subida de otras zonas. Sobre todo, el País Vasco, con un repunte del gasto de más de un 23 %, gracias al desembolso en la llamada Y ferroviaria; por cierto, aquí también hay previsión electoral. Sube también dos dígitos en Cataluña (un guiño evidente a apenas 7 semanas de los comicios) y en Valencia (pese a que las cuentas no han gustado a su nuevo Ejecutivo). Sin embargo, conviene contextualizar estos repuntes: el año pasado fueron dos de las autonomías peor tratadas por la inversión pública del Estado.

Casi 500 euros por habitante

Galicia se deja 22 millones de inversión. Y no apenas nada nuevo. Es la cruz. Pero el resultado de dividir los 1.386 millones por sus 2,7 millones de habitantes revelan un gasto per cápita de casi 500 euros. Es la cara. Porque repite como segunda comunidad en mayor desembolso por ciudadano. Los 498 euros en concreto suponen casi el doble que la media del Estado (284 euros) y el triple de lo que percibiría un madrileño (159), un navarro (167) o... un catalán. Porque, pese al importante incremento de la partida con destino a Barcelona, en gasto per cápita sigue a la cola: 159 euros.

Por delante de Galicia solo está otra comunidad, también gobernada por el PP: Castilla y León. En su caso, siguiendo ese método, son 585 euros por ciudadano. Tiene una explicación válida también para Galicia: el fuerte desembolso en el AVE, entre Lubián (Zamora) y Ourense.

Eso en reparto. Porque en números totales, el mayor gasto va para la zona más poblada: casi 2.000 millones para Andalucía.

Otras transferencias

Al margen de la inversión directa, Galicia recibirá 45 millones del Fondo de Compensación Interterritorial, el 10,6 % del total. Vía transferencias, del Fondo de Suficiencia Global llegarán además otros 566 millones.

Fomento pospone nuevos proyectos y se centra en terminar el AVE

El tren sigue tirando de la inversión del Estado en Galicia, hasta el punto de eclipsar los escasos nuevos proyectos que contienen los Presupuestos Generales del Estado para el 2016. Así, las inversiones ferroviarias supondrán el 65 % del gasto real del Estado en la comunidad, de tal forma que el nuevo acceso ferroviario y otras partidas relacionadas con el tren suman 883 millones en las cuentas del Ministerio de Fomento y sus empresas públicas. Solo el tramo Lubián-Ourense, uno de los más complejos de España, absorbe en Galicia 731,4 millones, 153 más de lo que estaba previsto invertir en las cuentas aún vigentes. En Castilla y León se consignan 260 millones para el nuevo acceso a Galicia, que recupera la segunda posición en previsión de gasto después del corredor mediterráneo.

El año que viene es un ejercicio clave en las obras de la alta velocidad, pues la mayoría de los trabajos de perforación de los grandes túneles deberían estar finalizados en el 2016, salvo en aquellos tramos en los que se trabaja a medio gas por las diferencias de criterio respecto a algunos modificados de proyectos que proponen las empresas constructoras. Hay que tener en cuenta que solo quedarían dos ejercicios presupuestarios más para llegar a la fecha de puesta en servicio comprometida por el Gobierno de Rajoy: el 2018. Queda por saber si será un gobierno del PP el que ejecute estas cuentas o si de las elecciones generales saldrá un Gobierno de otro color que las cuestione y las enmiende. Si la ejecución real de los Presupuestos siempre rebaja la cifra planificada -se calcula que de los 578 millones consignados este año se gastarán a ejercicio concluido apenas 376-, la incertidumbre con estas cuentas es aún mayor al haber unas elecciones de por medio.

La escasa relevancia que se da a otros proyectos se evidencia al comprobar que la segunda partida ferroviaria en inversión son los pagos pendientes en el eje atlántico, que superan los 60 millones de euros, en una infraestructura que se puso en marcha en abril de este año pero que aún acumulará deudas con las adjudicatarias el año que viene. Dentro de esta partida está incluido el despliegue del ERTMS en todo el trazado entre A Coruña y Vigo, así como en la curva de Angrois, con un gasto previsto de 5,7 millones de euros. A pesar de las promesas, el AVE directo a Vigo por Cerdedo tampoco se pondrá en marcha el año que viene, pues solo cuenta con 1,33 millones.

Herencia del Plan Galicia

Los Presupuestos siguen por tanto viviendo de la herencia del Plan Galicia y apenas surgen nuevos proyectos. Sí se da un impulso reseñable al acceso ferroviario convencional al puerto exterior de Ferrol, con algo más de 27 millones. Pero no puede considerarse una nueva apuesta, sino más bien un enlace largamente postergado. Como la conexión por tren a la nueva dársena de A Coruña, que tampoco despegará el año que viene con solo dos millones de euros. Se apuesta por la reforma de las estaciones de Santiago, A Coruña y Ourense, pero es la compostelana la que sale más beneficiada con 10 millones. También se dan por concluidos los estudios para implantar las Cercanías.

Los escasas novedades que contienen las cuentas de Fomento se encuentran en la inversión en carreteras y autovías, que este año alcanzará los 230 millones. Tras la finalización de la autovía del Cantábrico, Fomento reserva medio millón de euros para la prolongación de la A-8 desde Guitiriz hasta Santiago y 200.000 para los problemas con la niebla en Mondoñedo. Por primera vez también se destina una cantidad relevante -2,33 millones- a la A-82, la autovía entre Barreiros y San Cibrao, concebida para compensar a A Mariña lucense por el desvío hacia Vilalba de la autovía del Cantábrico. También reciben dotaciones presupuestarias la ampliación del puente del Pasaje entre A Coruña y Oleiros (779.000 euros), que se prioriza frente al vial que conectaría la AP-9 con la Tercera Ronda (100.000 euros) o la ampliación de Alfonso Molina (solo 10.000 euros). La autovía entre Santiago y Lugo, la circunvalación de Pontevedra y la reforma de la autovía Vigo-O Porriño son ahora las que reciben un mayor apoyo económico. Los presupuestos prestan atención a numerosas obras en puntos congestionados y al mantenimiento de vías muy deterioradas, como la N-550 o la autovía Vigo-O Porriño, así como otras conexiones donde apenas se realizaron labores de conservación durante la crisis.

El puerto exterior coruñés sigue liderando las inversiones portuarias (cerca de 46 millones) para finalizar la obra civil. Y para los tres aeropuertos se consignan 11,5 millones, después de que se finalizaran las reformas más urgentes.