Los mercados se preparan para una semana de sobresaltos

Cristina Porteiro
Cristina Porteiro LA VOZ | COLPISA

ECONOMÍA

MARCOS MÍGUEZ

Analistas de la City londinense anticipan la salida de Grecia del euro

06 jul 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Los griegos se lo han puesto realmente difícil a los inversores bursátiles y a los países de la eurozona, que no contaban con un rechazo tan abrumador a las propuestas de los acreedores sobre la economía de su país. Muchos equipos de las principales firmas de inversión de la City londinense se reunieron ayer, desde primera hora de la noche, para afrontar la que podría ser una de las etapas más convulsas en los mercados internacionales, en general, y europeos, en particular.

Ayer, el euro anticipaba muestras de lo que puede ocurrir desde hoy: en el mercado de divisas de Sídney (Australia), su valor cayó nada más abrir casi un 2 % situándose por debajo de los 1,10 dólares.

Hasta ahora, la moneda única había aguantado bien, porque ni en sus peores previsiones los inversores contaban con esta situación. Desde que Alexis Tsipras convocara el referendo, el cambio del euro se ha mantenido entre los 1,12 y los 1,11 dólares. Pero ayer, JP Morgan anticipó que «la salida de Grecia del euro es ahora la opción más probable», y coincidía con la opinión de los economistas londinenses del grupo Berenberg: «El resultado pondrá a Grecia con el piloto automático del Grexit». En una situación tan insólita como la que pasa la eurozona, lo que señalan los analistas es que las operaciones más especulativas se harán con el mercado.

Además de la evolución de la divisa europea, las miradas están muy pendientes de la deuda pública periférica. Porque los Gobiernos de países como España, Italia, Portugal o Irlanda, aparte del resto de comunitarios, se juegan mucho dependiendo de lo que los inversores estén dispuestos a exigirles por sus bonos. En el caso de España, cuanto más le pidan los inversores por comprar su deuda, más le costará al Estado colocar esos productos y, a la vez, más dinero tendrá que destinar al pago de intereses.

Buena parte de las miradas de hoy también se centrarán en la prima de riesgo, que podría hacer aún más honor a su denominación. Si todos los inversores se vuelven a refugiar en masa en el bono alemán , el diferencial entre ese bono y el español se podría disparar.

Si el euro se había mantenido estable y la deuda pública había aguantado el órdago de Tsipras, las bolsas europeas salieron perdiendo la partida registrando su peor semana del año. Los analistas consultados por este diario insisten en que las de los bancos serían las acciones más perjudicadas ante el contexto que ahora se encuentra el mercado. No tanto porque tengan mucha exposición a Grecia, sino porque un aumento de los intereses de la deuda chocaría con sus cuentas en un momento clave para el sector.

Todos pendientes del BCE

Europa torna la mirada desde Atenas a Frankfurt. Toda la atención está puesta a estas horas en el Banco Central Europeo (BCE). El no rotundo de los griegos ha encendido a los mercados. Ahora está en manos del máximo órgano bancario europeo sofocar el incendio con todas las herramientas a su alcance. Pero está por ver si evita la inmolación del sistema financiero griego.

El Consejo de Gobierno del BCE responderá hoy a la llamada que ayer lanzó el Banco de Grecia solicitando una nueva inyección de liquidez de emergencia (ELA) a sus bancos para evitar una quiebra que podría llegar en cuestión de horas sin la ayuda del organismo comandado por Mario Draghi: «Hay argumentos válidos a favor de una mayor financiación del ELA», aseguró ayer el portavoz del Gobierno griego, Gavriil Sakellaridis, quien confía en que la sensatez de una y otra parte permita buscar una solución que evite un terremoto financiero en la zona euro.

La negativa del BCE a aumentar la semana pasada la financiación de emergencia precipitó el corralito en Grecia. Pero un nuevo rechazo puede sellar el cierre definitivo de los bancos que sobreviven con la respiración asistida de Frankfurt. Si se niegan a lanzar ese salvavidas, es probable que las entidades financiera griegas no puedan abrir sus puertas mañana o el miércoles. Y de hacerlo, sería con unas restricciones mucho más duras para la retirada de fondos, según confirmó este fin de semana la presidenta de la Unión Griega de Bancos, Luka Katseli. Todo dependerá de los riesgos que esté dispuesto a asumir el BCE. La situación es muy delicada y podría derivar en la ruptura del euro si Grecia y sus bancos quiebran y Atenas introduce una nueva moneda.

Es probable que la decisión no se dé a conocer hasta que la canciller alemana, Angela Merkel, y el presidente francés, François Hollande, concluyan su reunión de hoy en París. La señal política que lancen será determinante para saber si la zona euro está dispuesta a extender el brazo a Grecia o si se repliegan para capear la tormenta perfecta que se avecina.