Para estar libres del contagio, las bolsas sufrieron de lo lindo

M. M. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

No hubo ningún valor del Ibex 35 que se salvase del descenso, aunque la

30 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Dice Rajoy que los españoles pueden estar tranquilos porque España está «blindada» ante un posible contagio de Grecia. Y en Europa son muchas las voces que aseguran que esto no es el 2012. Que la situación económica nada tiene que ver con aquella. Que, desde entonces, se han levantado muchos cortafuegos para evitar que situaciones como las de ese verano se repitan. Entre otras cosas, recuerdan, el BCE tiene ahora las manos libres para comprar deuda soberana. Con el visto bueno del Tribunal de Justicia Europeo. Ahí es nada.

Pero ninguna de esas afirmaciones evitaron que las bolsas y los bonos europeos sufrieran ayer de lo lindo. La semana pasada en las mesas de operaciones daban por hecho el acuerdo. Ayer la historia era otra: corralito en Grecia, con la bolsa y los bancos cerrados durante toda la semana, como poco.

Los más perjudicados, los mercados de la periferia, los más expuestos a un posible contagio. En casa, el principal indicador de la Bolsa española, el Ibex 35, vivió el peor trago en casi tres años. Cayó un 4,56 %, el mayor varapalo desde aquel aciago agosto del 2012, cuando España, vapuleada por los mercados, andaba convertida en una soga al cuello del euro. Entonces, la prima de riesgo superaba los 600 puntos. Ayer cerró en 158 puntos, 37 más que el viernes, después de haber llegado a superar los 180 en la apertura.

La agitación era tal que, en los primeros minutos de la sesión, la mitad de los valores del Ibex no pudieron marcar cambio debido a la distancia que separaba los precios de venta de los de compra en la subasta de apertura. Una buena muestra del nerviosismo imperante en el parqué.

En el centro de las iras, el sector bancario. El Santander bajó un 6,7 %; el BBVA, un 6,02 %; Bankia, un 4,25 %; el Popular, un 7,18 %; CaixaBank, un 4,32 %; Sabadell, un 5,20 % y Bankinter, un 4,87 %. Y eso que el ministro de Economía ya había salido a la palestra en defensa de las entidades patrias, asegurando que su situación nada tiene que ver con la de hace tres años. Pero el miedo, como el corazón, tiene razones que la razón no entiende.

Ni uno solo de los valores que componen el índice se salvó de la quema.

Con todo no fue la española, la más vapuleada de las bolsas de la periferia. La portuguesa fue quien se llevó la peor parte, con un varapalo del 5,22 %. Más del 5 % perdió Milán. Fráncfort bajó un 3,56 %, París, un 3,74 % y Londres, fuera de la zona euro, encajó las pérdidas más suaves: un 1,97 %.

Los ecos del polvorín griego retumbaron también en el mercado de divisas, donde el euro se dejó más de un 1 % frente al dólar.