Ángel Jove Alborés: «Las viviendas no se pueden mejorar a golpe de decreto»

Gabriel lemos REDACCIÓN /LA VOZ

ECONOMÍA

MARCOS MÍGUEZ

Asegura que la crisis ha tumbado al 75 % de las promotoras

26 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Tras ocho años al frente de los promotores coruñeses, en los que le tocó lidiar con una crisis demoledora para el sector, Ángel Jove Alborés (A Coruña, 1974), de la firma Urbher, acaba de ser elegido presidente de la Federación de Promotores de Galicia, desde la que quiere impulsar la recuperación de la actividad inmobiliaria.

-La caída de un gigante como Martinsa-Fadesa marcó el inicio de la crisis. ¿Cuántas promotoras han caído en estos años?

-Ha sido un tsunami. A día de hoy debemos quedar entre un 25 y un 30 % de las empresas que había en el 2007. Se han ido empresas que se extralimitaron al analizar sus riesgos y otras que, sin asumir tantos, se equivocaron en algunas inversiones.

-¿Notan ahora la recuperación?

-Estamos en un momento de esperanza, con signos positivos pero con un crecimiento inestable. Los datos indican una recuperación del número de operaciones y del precio de la vivienda, que en Galicia es un poco más tímida.

-¿Por qué?

-Por muchos motivos. No tenemos tanta venta a extranjeros como en Levante, a lo que hay que sumar un problema demográfico importante. En Galicia, el empuje del sector promotor hay que buscarlo en las grandes ciudades: primeras residencias, áreas de influencia... Esa es la vivienda que se está moviendo ahora y, de hecho, en las dos grandes ciudades, A Coruña y Vigo, ya es difícil encontrar vivienda nueva para comprar, hay mucha demanda embalsada y no se ha construido prácticamente nada.

-En otras comunidades ya se ha reactivado la construcción, ¿por qué en Galicia no? ¿Hay un problema de financiación?

-Los bancos están empezando a llamar, nos dicen que están ahí, pero a la hora de apostar por iniciar cosas son muy restrictivos, con unas exigencias de riesgos y garantías muy elevadas.

-¿Cómo serán las promociones tras la crisis?

-Los años en que se vendía todo han pasado. Lo que hacen falta son empresas profesionalizadas, que estén al día de las necesidades de los clientes y les permitan hacer la vivienda a su gusto. Lo que se va a empezar en Galicia son pequeñas promociones, de 15, 20 o 30 viviendas. Las que se están haciendo son sustancialmente mejores, en calidad de materiales, aislamientos... Por decisión de las empresas y obligación legal. Pero a la Administración vamos a decirle que no se puede pretender mejorar técnicamente las viviendas a golpe de reglamento. Tenemos unos gastos que son excesivos y que no se pueden repercutir al precio de la vivienda. Necesitamos que se nos incentive para iniciar viviendas de calidad.

-¿Qué más demandas le platearán a las Administraciones?

-Tenemos otro gran caballo de batalla, que es la fiscalidad, porque se nos ha penalizado mucho. No solo nos han subido el IVA, que eso ha pasado en muchos sectores, sino que hay otros impuestos que nos afectan especialmente, como el de actos jurídicos documentados, que se ha subido otro 50 % y se paga cinco o seis veces en una promoción, o el de transmisiones patrimoniales, que está en el máximo. Y luego está la apuesta por la rehabilitación, que está muy bien, pero hay que permitirla. Trabajar en los cascos urbanos es muy complicado. Si la normativa que se aplica es muy restrictiva nos lleva a situaciones de abandono y deterioro.

-La construcción está siendo uno de los motores en la creación de empleo...

-Es que este sector es imprescindible para superar la crisis, sobre todo en el ámbito laboral, porque es muy intensivo en mano de obra. Y también para la recaudación fiscal. No pretendemos volver a los volúmenes previos a la crisis, de un 15 o un 18 % del PIB, porque sería un riesgo para la economía, pero es que ahora estamos en un 4. Hay que ir a los niveles normales en Europa, de un 7, 8 o un 10 %.