Montoro ve margen para nuevas bajadas impositivas

A. b. SANTANDER / LA VOZ

ECONOMÍA

Esteban Cobo | Efe

Dice que la vía para trasladar a los ciudadanos la recuperación serán los impuestos directos como el IRPF

16 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

No hay margen para bajar los impuestos indirectos, como el IVA, pero sí existe para aflojar la presión impositiva a través de los directos, como el IRPF. Así lo aseguró ayer el Santander el ministro de Hacienda, Cristóbal Montoro, donde participó en la apertura de un curso de la Universidad Internacional Méndez Pelayo (UIMP), organizado por la Asociación de Periodistas de Información Económica (APIE), sobre El nuevo modelo económico. Lecciones de la crisis.

Explicó que a medida que la recuperación económica avance, el Ejecutivo pretende trasladar dicha mejora a los contribuyentes a través de «reformas tributarias». Seguidamente matizó que «los márgenes para ello siguen estando en la imposición directa»; es decir, el IRPF o el impuesto de sociedades, ya que los tributos indirectos, del que el IVA es la figura estrella, están supeditados al visto bueno de Bruselas. «Somos Europa, y eso significa que tenemos paradigmas que cumplir», apuntó en relación con el IVA.

Más de mil millones hasta mayo

El ministro recordó no obstante que la mayor bajada tributaria del IRPF está por venir. Será el próximo año, derivada de la reforma ya aprobada. Señaló también que el Ejecutivo ya ha devuelto hasta mayo a los contribuyentes 1.100 millones de euros por esta vía.

Respecto a los efectos de la reforma fiscal, Montoro destacó que en el caso del impuesto de sociedades se ha notado la bajada de tipos -del 30 al 28 % en el general este año-, ya que hasta abril, con la liquidación del primer pago fraccionado, se han ensanchado bases imponibles.

Bajo el título de Estrategia de política fiscal, el titular de la cartera de Hacienda desgranó las recetas del Ejecutivo para sentar las bases de un nuevo modelo económico, que pivota sobre los ejes del equilibrio fiscal y la reducción de la deuda pública.

De este modo, indicó, en lo que respecta a los ingresos, el Ejecutivo pretende reducir progresivamente la presión fiscal, sosteniendo los niveles de recaudación. Paralelamente, la reducción del déficit exige austeridad, pero no como sinónimo de recorte, sino de incremento del gasto público por debajo del nivel de crecimiento de la economía. Porque «el concepto de austeridad -indicó- tiene contenido diferente en función del momento».