Profesiones de élite en el mileurismo

Luis López BILBAO / COLPISA

ECONOMÍA

JEAN-PAUL PELISSIER | Reuters

Pilotos, ingenieros de caminos, notarios o arquitectos pasan de salarios galácticos al paro y la precariedad

14 jun 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Desde que empezó la crisis, los salarios más bajos han sido los que más se han encogido, mientras que, quienes más ganan, han mejorado su poder adquisitivo (con especial mención a cargos directivos de grandes empresas).

Han crecido las desigualdades. Pero hay sectores en donde los sueldazos del pasado se han volatilizado. Un buen ejemplo es el de los pilotos de aviación. Iberia acaba de hacer un anuncio histórico: tras 11 años sin contratar, la aerolínea abre la puerta al fichaje de 120 profesionales. Eso sí, a «precios de mercado». Un término que pone los pelos de punta. ¿Qué quiere decir eso? Que las nuevas incorporaciones cobrarán entre 35.000 y 40.000 euros al año, frente a los 135.000 que perciben en la actualidad los copilotos que aún no han ascendido a comandante.

En el año 2002, un recién llegado percibía casi 70.000 euros, que hoy (actualizando el IPC) serían casi 90.000. Es decir, más del doble de lo que ahora se ofrece.

Y lo serio del asunto es que, según el sindicato de pilotos Sepla, esa oferta de Iberia va a romper el mercado. «Ciertas compañías vivirán serias tensiones porque sus empleados mileuristas acudirán a la llamada de la aerolínea española», advierte. ¿Hay pilotos mileuristas? «Sí, y eso no es lo peor», asegura Alvaro Gammicchia, secretario de la central. «Los hay que pagan por volar», afirma.

Explica que hay compañías que cobran por conseguir la habilitación para llevar ciertos aparatos y por sumar horas de vuelos. «Mucha gente está dispuesta a pasarse dos años así, como si fuese un máster. Y de ese modo las empresas no solo tienen pilotos gratis, sino que encima consiguen ingresos», dice Sepla.

Trabajar gratis

Otro de los colectivos venidos a menos es el de los ingenieros de caminos. «Cobraban más que los controladores aéreos», aseguran desde una empresa de selección de personal y de búsqueda de directivos.

Pero llegó la crisis y todo acabó. La obra pública se desplomó de los 46.700 millones de euros de inversión del 2006 a los 8.000 de 2013 (según Seopan, la asociación de empresas constructoras y concesionarias de infraestructuras). «Hasta hace unos años no era raro sobrepasar los 90.000 euros al año; hoy esa gente está en los 50.000», explica José Tesán, decano del Colegio de Ingenieros de Caminos, Canales y Puertos del País Vasco.

Y son los casos más llevaderos, porque para los profesionales con experiencia que han perdido el empleo la reentrada en el mercado pasa por adaptarse a salarios de 30.000. El problema es que no hay mercado para ellos. «Las empresas bastante tienen con buscar trabajo para quienes siguen en ellas». Para los recién titulados o aquellos con escasa experiencia no hay más esperanza que conformarse con una «retribución testimonial» o bien padecer el desempleo.

Su suerte va pareja a la de notarios y arquitectos. El estallido de la burbuja inmobiliaria ha asestado un mazazo brutal a esta profesión, por el desplome en la constitución de hipotecas, auténtica savia para las cuentas de estos profesionales. Según el Consejo General del Notariado, el pasado mes de febrero se firmaron 921, frente a las 3.437 que se constituían en el mismo mes del 2007. El 30 % de los arquitectos está en paro, y el 20 % no llega al salario mínimo

El 20 % de los odontólogos españoles están desempleados

El ansia mató a la gallina de los huevos de oro. Hace 15 años había 17.500 dentistas en España y todo el mundo sabía que la profesión daba bastante dinero.

Arrancó entonces una fiebre por abrir facultades que ofreciesen estos estudios tan demandados (ahora lo hacen 20 universidades) y todo se torció. En la actualidad ejercen 34.000 profesionales en España, el doble que en el año 2000, según el Consejo General de Dentistas. Y también «el doble de los que hacen falta», apostilla Oscar Castro, su presidente. Con una particularidad: cada año se gradúan 1.500 más, por lo que en el 2020 alcanzarán los 40.000. «La situación puede llegar a ser dramática». ¿Qué provoca todo esto? Lo evidente. Aunque no hay datos oficiales concluyentes, se estima que el 20% de los odontólogos españoles está en paro.

Las nuevas generaciones emigran, y quienes se quedan está mayoritariamente abocados a la precariedad en cadenas low cost con sueldos que a menudo rondan el salario mínimo