Hacienda sospecha que Rato desvió 2,3 millones a Panamá vía Suiza

J. A. Bravo MADRID / COLPISA

ECONOMÍA

benito ordoñez

Aprecia hasta 11 «riesgos» de fraude en el exvicepresidente económico

30 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hacienda atribuye a Rodrigo Rato «la utilización de sociedades extranjeras con vértice final en paraísos fiscales», que «posiblemente intenta dar opacidad expresa a su accionariado», es decir, «ocultar formalmente la titularidad real». Bajo esta premisa, la Agencia Tributaria encendió el año pasado las alarmas sobre la situación patrimonial del que fue vicepresidente económico del Gobierno con Aznar e inició una investigación que, a mediados de abril pasado, desembocó en una denuncia de la Fiscalía y la apertura de diligencias penales.

Hasta 11 «riesgos» de fraude distintos aprecia el fisco «asociados a transmisiones del patrimonio»_del expolítico metido a financiero -llegó a presidir Caja Madrid y Bankia, aunque antes dirigió el Fondo Monetario Internacional-, y todo «con la finalidad de eludir el pago de posibles responsabilidades pecuniarias futuras». La Audiencia Provincial de Madrid, no obstante, no ve muy sostenible esta última acusación porque aquellas sí «han sido satisfechas». Estos magistrados, sin embargo, parecen olvidarse de que, en realidad, Rato solo ha cubierto a día de hoy una de las tres fianzas civiles que se le han requerido en los últimos ocho meses. Fueron tres millones de euros por las tarjetas black. Y no lo hizo directamente sino con un aval del Banco Sabadell respaldado por una empresa de sus primos que, a su vez, pignoraron las acciones de una sociedad del variopinto entramado tejido por el exministro.

De su parte (5,6 millones) en la fianza solidaria de 34 millones por la salida a Bolsa de Bankia no tiene intención de poner un euro -el banco le reclamará por vía judicial-, y de los 18 millones que le ha solicitado el instructor de su caso para levantar el embargo cautelar de sus cuentas y bienes tampoco está dispuesto a aportar nada hasta que rebaje «sustancialmente» dicha suma.

El primer hilo del que tiró la Oficina Nacional de Investigación del Fraude (ONIF)para desentrañar la madeja patrimonial de Rato sale de la declaración de bienes y derechos en el extranjero que presentó en el 2013. Eso sí, lo hizo forzado por las circunstancias, pues de lo contrario «no prescribiría» el derecho de Hacienda a considerar que las rentas que los financiaban eran opacas.

Así supieron los inspectores que Rato tenía en 2012 una participación de 2,36 millones en la entidad panameña Westcastle Corporation con sede en Suiza y fundada un decenio antes (1993) aunque no consta por quién o quiénes. Un año más tarde la «extinguió», pero en la Agencia no saben dónde terminó el dinero y sospechan que pudo ser desviado a través del país centroamericano. «El riesgo fiscal que se advierte -precisa en el informe sobre Rato y su entorno familiar y societario- es la posible no tributación en IRPF».

Lo mismo teme el fisco respecto a la facturación que sociedades de su entramado hicieron a distintas empresas, algunas de ellas conocidas multinacionales, como Iberia, Telefónica o el Santander.