El velero de lujo más grande del mundo busca quién lo compre

carmen garcía de burgos PONTEVEDRA / LA VOZ

ECONOMÍA

RAMON LEIRO

Fue encargado por una firma alemana a un astillero de Marín que quebró

20 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

El C-158 debería llamarse en realidad Sea Cloud Hussar, pero sus dueños renunciaron a él. Puede parecer el argumento de una película de Disney sobre algún robot con inteligencia y sentimientos propios, pero es la historia real del mayor velero a flote del mundo, que fue botado el lunes por la tarde en el puerto de Marín. El barco, de 136 metros de eslora y 17,20 de manga, fue encargado en el 2008 por Hansa, una empresa alemana especializada en cruceros de vela, a Factoría Naval de Marín. Tenían varios de este tipo, pero querían el más grande del planeta. La nave fue diseñada a medida por el ingeniero naval vigués Íñigo Echenique: tiene camarotes con capacidad para 135 personas (menos de lo que suele ser habitual en cruceros de este tipo) -de los que varios son suites de 25 metros cuadrados- y espacio para 95 tripulantes.

Al ir a vela y navegar escorado no puede contar con una piscina al uso, pero al tratarse de un barco de lujo -cinco estrellas- tampoco puede carecer de ella, de modo que al pequeño jacuzzi que hay en cubierta se suma una zona entera de spa -«bastante significativa», matizó su diseñador-, así como una plataforma para deportes acuáticos, en la que los usuarios pueden practicar windsurf, piragüismo o esquiar, entre otras actividades.

Cinco años abandonado

En total, se realizó una inversión de 40 millones de euros. Porque lo cierto es que el barco está pensado para un público de mediana edad y alto nivel cultural. Entre los clientes de la empresa, para aproximarse al perfil, se encuentra el MoMa (Museum of Modern Arts) de Nueva York, según explicó el propio Echenique.

Pero lo único con lo que no contó Hansa fue con que una crisis económica mundial acabaría llevando a concurso el astillero al que se lo había encargado. Cuando comenzaron los problemas económicos de Factoría Naval, el proyecto se paralizó, y el C-158 pasó a manos de su acreedor hipotecario, Bankia. Este cambio de manos trajo consigo otras consecuencias: el barco permaneció abandonado y a medio acabar durante casi cinco años.

Con rumbo a Vigo

Abandonado, pero ocupando la vía de mayores dimensiones y características del astillero, que fue comprado hace un año por Nodosa, a cuyo frente está Rafael Outeiral. El acuerdo entre el administrador concursal y Nodosa incluía que deberían liberar la vía antes del 30 de junio del 2015, y hace dos meses se pusieron a ello de forma intensiva quienes mejor lo conocían: los extrabajadores de Factoría Naval.

Aún le quedan otros entre 16 y 18 meses para quedar completamente terminado pero, teniendo en cuenta el periplo que ya ha atravesado, no parece que este último escollo vaya a suponer un problema irresoluble. Deja el puerto de Marín para viajar a Vigo, quién sabe si para volver a manos de quienes lo idearon y dieron nombre, los alemanes, y poder convertirse en el Sea Cloud Hussar y dejar de ser el C-158.