La Justicia dice que otro cargo de Caja Madrid usó la «black» para gastos extraños

A. B. MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Mantiene la garantía civil de de 283.000 euros que el juez Fernando Andreu le impuso a Ricardo Romero de Tejada

12 may 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

A diferencia de lo que hizo con las fianzas de los principales imputados por el uso de las tarjetas black de Caja Madrid -Rodrigo Rato entre ellos-, la sección tercera de la Sala de lo Penal de la Audiencia Nacional ha decidido mantener la garantía civil de 283.000 euros que el juez Fernando Andreu le impuso a Ricardo Romero de Tejada, ex secretario general del PP madrileño y exconsejero de la antigua caja. Los magistrados explican su decisión argumentando que el político cargo gastos «radicalmente extraños al desempeño del cargo» que ocupaba en la entidad financiera.

Y es que entre los cargos realizados con este medio de pago opaco al fisco -por importe total de 212.000 euros- figuran desde la compra de puros o lotería hasta abonos en restaurantes, viajes y hoteles, pasando por los llamativos 1.339,95 euros que Romero de Tejada gastó en una instalación hípica en un solo día. Por ello, en el auto hecho público ayer, los magistrados consideran que «gastos en supermercados y tiendas del sector de complementos son radicalmente extraños al desempeño del cargo».

De este modo, la Sala de lo Penal confirma la decisión del juez Andreu respecto a la fianza y su cuantía, desestimando el recurso del investigado, negando que la garantía económica exigida sea «prematura» o «gravosa».

Indicios racionales de delito

Nuevamente los magistrados que integran la sala sostienen que existen «indicios racionales de delito» en los hechos investigados respecto al uso de las tarjetas B -podrían constituir un delito de administración desleal-, por lo que es preciso «garantizar la responsabilidad civil» que pudiera derivarse de una futura condena.

En su declaración ante el juez Andreu, Romero de Tejada aseguró que cuando le hicieron entrega de la tarjeta le dijeron: «Gástalo en lo que consideres oportuno, dentro de una lógica y una prudencia». Por ello, defendió que podía emplear el plástico a discreción con un límite mensual, y que sus gastos habían sido «entre el 70 y el 80 %» «inherentes» a su cargo como consejero de la entidad financiera.