La filial de compras de Blusens, con 32 millones de deuda, al borde de liquidarse

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

La empresa no ha logrado poner de acuerdo a los bancos acreedores, que tienen atrapados en el concurso 17,5 millones

28 abr 2015 . Actualizado a las 10:08 h.

El concurso de acreedores de la filial de compras de Blusens parece enfilar el camino de la liquidación. La empresa compostelana, invocada durante años como modelo exitoso de emprendimiento, vive días difíciles. Y ayer mismo, no logró reunir el quórum suficiente en la junta de acreedores para sacar adelante su propuesta de convenio. Ello tiene que ver porque el grupo de bancos, que tiene más de la mitad de una deuda ordinaria de 32 millones, no logra ponerse de acuerdo. A lo largo del último año y medio, Blusens ha intentado infructuosamente convencer a todas las entidades financieras, sabedor de que con eso sacaría adelante el concurso. El resto de acreedores internacionales, fundamentalmente en China, han pintado poco en el proceso.

El grupo de entidades financieras atrapadas en el concurso de la filial de Blusens está liderado por Bankia, a quien la compañía compostelana le adeuda 6,2 millones; le sigue el Popular, con 3,9; Abanca, con 3,7; el Santander, con 3,2; y por último, el BBVA, con 800.000 euros.

Blusens sostiene que ayer había logrado para la junta un quórum que permitía sacar el concurso adelante, pero que la incomparecencia del Popular en la reunión, contra todo pronóstico, dio al traste con sus expectativas. Una versión que difiere de la recabada en otras fuentes, que recuerdan que el BBVA tampoco se presentó ayer a la reunión. En cualquier caso, como Blusens no sacó adelante ayer su propuesta de convenio por falta de quórum -no porque se votara en contra- cabría la posibilidad de que el administrador concursal fijara otra junta general de acreedores, pero las posibilidades de que en una futura reunión saliera adelante la última propuesta de convenio de Blusens son ahora bastante remotas.

Futuro incierto

La empresa compostelana no la va a modificar y hay bancos que no ven nada claro el futuro de Blusens. En principio, las entidades sí habían aceptado una quita del 65 % de la deuda, y las diferencias se habían centrado en las garantías para amortizar el 35??% restante. En un inicio, se planteó un período de diez años, con tres de carencia.

«La realidad es que no existen muchas garantías de que se pueda cobrar y sacar adelante nada porque el plan de viabilidad que tiene esta empresa es vender televisores baratos», revelan fuentes consultadas en el proceso. Mientras la empresa santiaguesa pone el foco en la incomparecencia del Popular en la junta de ayer como causa de que no haya salido adelante el convenio, lo cierto es que la deuda que tiene Blusens con el grupo presidido por Ángel Ron apenas representa el 12 % de la masa de pasivo. Es decir, que la compañía tampoco ha sido capaz de recabar el sí de algo más de la mitad de su elenco de acreedores, algunos de ellos internacionales.

Fuentes de la empresa han confirmado que ahora se abre una fase de liquidación en la que lo prioritario debe ser la continuidad de esa sociedad y el mantenimiento del empleo. Para ello se buscará un inversor y cabe incluso la posibilidad de que se divida la empresa y se venda en trozos, en un supuesto similar al de Martinsa Fadesa.

El cierre del grifo del crédito bancario después del 2008, con el estallido de la burbuja inmobiliaria, hizo trizas el modelo de negocio de Blusens, que funcionaba con un sistema en el que el flujo de caja, a través de préstamos, era vital para mantener el ritmo de pedidos. La compañía cobraba a 120 días.

A diferencia de lo que ha ocurrido con otros macroconcursos en esta crisis, en el caso de Blusens solo afecta a su filial de compras. En teoría, podría liquidarse esta sociedad y mantener el funcionamiento del grupo, pero esa alternativa, que cobra cada vez más visos de ser real, deja a la empresa compostelana con un campo de juego lleno de sombras. Sobre todo en el mercado interno.