La fuerte reestructuración dirige a España hacia el oligopolio bancario

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

PACO RODRÍGUEZ

Un informe europeo revela que fue el país, tras Grecia, en el que más creció la concentración financiera, con cinco grupos tutelando casi el 60 % del negocio

26 abr 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Hace apenas diez años, en las dos principales áreas gallegas (Vigo y A Coruña), un cliente podía irse hasta a 28 entidades financieras diferentes en su ciudad para pedir un préstamo, información sobre depósitos, fondos... Comparar y elegir entre una oferta abundante. En este 2015, el mismo cliente tardaría bastante menos tiempo en hacer ese ejercicio: en el mejor de los casos, podrá medir 15 propuestas de otras tantas firmas. Galicia es un buen ejemplo de la mayor concentración bancaria que se recuerda en España tras una fortísima reestructuración que tampoco tiene precedentes en Europa. Al menos, así se desprende del último informe Indicadores estructurales para el sector bancario en la Unión Europea recientemente ha publicado por el Banco Central Europeo.

España, según ese documento, ha liderado la concentración bancaria en la Unión durante los últimos años. Se explica por las fusiones de antiguas cajas, las intervenciones del FROB y las uniones no forzadas para ganar tamaño. España ha iniciado así un camino hacia el oligopolio: más negocio en menos manos.

Según los datos del BCE, en el 2008, antes de que se iniciara el gran baile en el sector, los cinco mayores grupos bancarios (Santander, BBVA, Popular, La Caixa y Caja Madrid), controlaban el 43?% de los activos totales de la banca. Sobre 27 países era entonces el número 22, por abajo. Es decir, había más competencia. En el 2013 -último dato disponible para la comparativa-, ese porcentaje se acerca ya al 60 % (56,2). No da nombres el documento, aunque se entiende que en este caso deberían estar los cinco mismos actores, quizá con el cambio del Sabadell por Caja Madrid (ahora en Bankia). Ha subido 13 puntos en poco tiempo, algo que no se ha dado en ningún otro país, salvo Grecia. Este último caso es comprensible porque la descomunal crisis que arrastra se ha llevado por delante a casi todo el sector bancario (ha habido decenas quiebras), dejando a un puñado de entidades con todo el negocio.

España ha pasado así del puesto 22 al 16 en ese ránking de negocio agrupado en cinco grandes grupos. ¿Quién se mantiene como el país con más competencia, con menos poder financiero concentrado? Alemania, que conserva una potente banca regional, instituciones de crédito pequeñas, opacas, y con interferencias políticas. El equivalente a las ahora desaparecidas cajas españolas, pero que, en el caso germano, ahí siguen. Hay también países que han hecho el camino contrario al de España: desconcentración. Por ejemplo, Francia o Bélgica, aunque este último viene marcado por la nacionalización del gigante Dexia.

Expertos vinculados a la banca, que prefieren mantenerse en el anonimato, sostienen que el mercado sigue pendiente de nuevos movimientos, aunque es posible que se vean primero a nivel continental, entre diferentes países. El Sabadell, es el caso, acaba de ejecutar una compra en el Reino Unido. El gran reto del sector, coinciden esas fuentes, es mejorar su rentabilidad de forma sostenible, mejorando la eficiencia, invirtiendo más en banca on line, o a través de una fusión con la que ganar tamaño. Esas mismas fuentes creen que avanzar en esa consolidación no tiene por qué conllevar necesariamente una pérdida para el consumidor: «Lo relevante no es el número, es tener un sistema más sólido, saneado y recapitalizado».