Rodrigo Rato, detenido por fraude, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales

La Voz LA VOZ | AGENCIAS

ECONOMÍA

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La Fiscalía, que ha registrado su vivienda y su despacho en el barrio de Salamanca, pide al juez que deje en libertad al exministro 

17 abr 2015 . Actualizado a las 00:55 h.

Un nuevo escándalo sacude a la política española y se lleva por delante al que fue durante años el referente económico del PP y al hombre al que el Gobierno de Aznar aupó a uno de los puestos de más repsonsabilidad a nivel internacional, el de director del Fondo Monetario Internacional. El exvicepresidente del Gobierno Rodrigo Rato ha sido detenido este jueves por la tarde en su domicilio tres horas después de iniciarse el registro de su vivienda ordenado por un juez a instancias de la Fiscalía. En la denuncia se insta a investigar al exministro por supuestos delitos de fraude, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales, una causa abierta tras acogerse a la amnistía fiscal.

Poco después de la medianoche, el exvicepresidente del Gobierno abandonó el despacho de abogados en el barrio de Salamanca que ha sido registrado durante más de cuatro horas y ha regresado finalmente a su domicilio familiar, como era previsible, después de que la Fiscalía pidiese unas horas antes dejar en libertad al expresidente del FMI después de que hubiesen concluido los registros.

En declaraciones a la agencia EFE, el exvicepresidente del Gobierno aseguraba que tiene «confianza en la Justicia» y que ha «colaborado activamente» con los funcionarios de Aduanas que han registrado desde esta tarde su domicilio y su despacho. 

Rodrigo Rato salió escoltado en la tarde de este jueves de su domicilio de Madrid por agentes de Aduanas sin esposar para continuar otros registro en su despacho profesional, en la calle Castelló, que había sido precintado por el personal de Aduanas. Al mismo tiempo, el Servicio de Vigilancia Aduanera registraba el bufete de abogados Plaza de Sotogrande, en Cádiz, donde se resquisaron «documentos y ordenadores». El objetivo es averiguar si las relaciones entre el mencionado bufete y Rodrigo Rato «tienen que ver o no» con la investigación que se está desarrollando sobre éste por supuestos delitos de fraude, alzamiento de bienes y blanqueo de capitales.

La Fiscalía de Madrid pidió posteriormente al juez dejar en libertad a Rato cuando concluyan los registros. De esta manera, Rato no tendrá que pasar a disposición judicial tras haber sido detenido, por lo que el juez le citará a declarar, si así lo considera conveniente, según vaya avanzando su investigación. Aunque las actuaciones tienen su origen en las pesquisas iniciadas hace unos días por la Fiscalía de Madrid, la causa se continuará tramitando en los próximos días bajo la dirección de la Fiscalía Anticorrupción.

Rodrigo Rato, que fue ministro de Economía y Hacienda entre 1996 y el 2000, se acogió a la amnistía fiscal del 2012 y fue incluido en una lista de 705 personas, elaborada por el Ministerio de Hacienda, que fue enviada al Servicio Ejecutivo de Prevención y Blanqueo de Capitales para su investigación. El exvicepresidente del Gobierno se acogió a la amnistía para regularizar su patrimonio y a raíz de ello la Agencia Tributaria comenzó a investigar un «complejo entramado societario familiar». Según el diario digital Vozpopuli, Rodrigo Rato posee, desde finales del 2013, el 75 % de una sociedad con conexiones en Gibraltar y las Islas Vírgenes. El exministro negó este miércoles que tenga o haya tenido fondos en paraísos fiscales pero no ha dejado claro si se acogió a la amnistía fiscal aprobada por el Gobierno del PP.

 La caída del economista español más internacional

Atrás quedan los años felices en los que, como director gerente del Fondo Monetario Internacional, organizaba la política monetaria mundial y su triunfal regreso a España para hacerse cargo después de la presidencia de Caja Madrid, la formación de Bankia y su salida a Bolsa. Ha sido precisamente esta entidad la que le ha puesto en los últimos casi tres años bajo la lupa de la Justicia.

Ballesteros | Efe
 

Desde hace unos meses Rodrigo Rato ha sentido más cerca que nunca su aliento: tras las tarjetas opacas, la puntilla final a su figura llega por una investigación por supuesto blanqueo tras haberse beneficiado de la amnistía fiscal diseñada por sus propios compañeros de filas.

El escándalo de las «black», desatado el pasado otoño, dejaban muy tocado al que fuera vicepresidente económico del Gobierno de José María Aznar y, aunque el asunto está aún en fase de investigación, sufría su primera condena por parte de la sociedad. Y es que la ciudadanía no pudo perdonar que, en plena crisis económica, el que fuera ministro de Economía tirara de una tarjeta opaca a Hacienda para desembolsar miles de euros en tiendas de arte sacro, locales de ocio nocturno o en tiendas de bebidas alcohólicas.

A la condena social se le unía la de su propio partido, que durante años le tuvo como el símbolo y adalid de la recuperación económica, y por la que Rato se vio obligado a pedir la suspensión temporal de su militancia.