El Banco de España bendice la «fase expansiva» de la economía

Ana Balseiro
Ana Balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Revisa al alza en ocho décimas el crecimiento del PIB español para este año

27 mar 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Ya no hay duda. La economía española está en una «fase expansiva». Así lo confirmó ayer el Banco de España, que en su boletín económico de marzo ha revisado al alza nada menos que en ocho décimas su última previsión de crecimiento del Producto Interior Bruto (PIB) para este año. El supervisor estima que la economía del país crecerá el 2,8 % y que en el 2016 el ritmo se mantendrá, aunque en una décima menos por una «cierta atenuación» de algunos impulsos presentes ahora. Sus datos mejoran las previsiones marcadas por el Gobierno: en el debate sobre el estado de la nación, el presidente Rajoy situó el dato de crecimiento en el 2,4 %. Y se acerca a los pronósticos más optimistas, que colocan el dato en el 3 %.

El Banco de España, que también confirma que las administraciones públicas habrían cumplido el objetivo de déficit en el 2014, al cerrar en el 5,5 %, basa sus buenos pronósticos para este año en un patrón de crecimiento marcado por el «vigor de la demanda interna privada y por el progresivo fortalecimiento de las exportaciones», en línea con la evolución mostrada en este primer trimestre, con un avance del PIB del 0,8 %, una décima más que en la recta final del 2014.

Desde el Ejecutivo, la secretaria de Estado de Presupuestos, Marta Fernández Currás, fue la primera en valorar estos datos, recordando que la velocidad del crecimiento es «superior» a la prevista por el Gobierno.

El supervisor explica que en estas «perspectivas favorables» inciden dos tipos de factores: unos más permanentes y otros más recientes y coyunturales. Entre los primeros destaca la corrección de los desequilibrios de la economía española y la mejora del entorno financiero tanto nacional como europeo, que se ha traducido en el «alivio» de las condiciones financieras, la creación de empleo neto, la reducción del déficit público y mejoras de competitividad. Entre los segundos, los factores recientes y exógenos, está la bajada del precio del petróleo, que impulsa la renta de los hogares y la disminución de los costes de producción de las empresas. Y también la depreciación del euro.

A todos los anteriores se suma el impacto de la reforma fiscal que entró en vigor en enero y la influencia de las medidas de política monetaria adoptadas por el BCE «que apoyarán el crecimiento del PIB» en este período.

La institución que dirige Luis María Linde subraya que, junto con la «fortaleza» de la demanda interna privada (el consumo de los hogares seguirá teniendo un tono «notablemente expansivo»), es importante la «intensificación» del ajuste del consumo público. Y destaca que los mecanismos de financiación para que comunidades y ayuntamientos liquidasen las deudas con sus proveedores también han tenido un impacto positivo.

«Recuperación gradual» de la población activa

El estudio del Banco de España avanza una recuperación del mercado laboral si se mantiene la moderación de los costes laborales. Estima que el empleo crecerá un 2,7 % este año y una décima menos el próximo, lo que se traduciría en una caída de la tasa de paro al 22,2 y 20,5 % respectivamente. Proyecta además una «recuperación gradual» de la población activa, tras dos años consecutivos de retrocesos. Dicho cambio de tendencia es consecuencia de la «estabilización» de la población en edad de trabajar, después de las caídas registradas desde el 2012 por la marcha de población inmigrante.

En lo que respecta a los salarios, el Banco de España prevé que se mantengan estables este año y que el próximo suban por debajo del 1 %, aunque califica de factor «relevante de incertidumbre» la falta de acuerdo de los agentes sociales en este terreno. Y concluye subrayando que, aunque las perspectivas de la economía española «han mejorado de forma significativa», el impacto de la crisis sobre hogares y empresas «no se ha disipado plenamente».