La Sareb, clave para salvar Martinsa

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

ÓSCAR PARÍS

El banco malo es el mayor acreedor de la inmobiliaria y su posición, junto a la de Caixabank, será decisiva para la aprobación del nuevo convenio

25 feb 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Fernando Martín tiene ante sí las 48 horas más decisivas de su carrera. El futuro de Martinsa-Fadesa pende de un hilo. Y la decisión final sobre la supervivencia de la empresa que preside no se tomará en su despacho, sino en las oficinas centrales de las entidades financieras acreedoras, que después de un año de negociaciones fallidas deben comunicar al juez que llevó el concurso de la inmobiliaria si aceptan o no la modificación del convenio propuesta por la compañía ante la incapacidad de hacer frente a los pagos de su deuda. Tienen de plazo hasta mañana jueves. Y las posturas, hasta hace unos días rocosas, empiezan a ablandarse.

Así lo explican varias fuentes consultadas por este periódico, que apuntan que aunque el plan de pagos propuesto por la compañía -que incluye una quita cercana al 70 % y el abono del resto mediante una dación en pago de activos- sigue sin convencerles en absoluto, y que la reciente sentencia del Supremo negando a la firma los 1.500 millones que reclamaba a los antiguos gestores de Fadesa y condenándola al pago de costas millonarias añade todavía más incertidumbre a su futuro, a la hora de tomar la decisión final pesarán muchos factores. Entre ellos, el coste reputacional que podría acarrearles dejar caer la compañía. Porque, en términos económicos, están convencidos de que en ninguno de los dos escenarios posibles -apostar por sostener la firma en las condiciones fijadas por Martín o abocarla al abismo de la liquidación- la operación les saldrá rentable y verán esfumarse la mayor parte del dinero invertido en la compañía.

Aunque será cada entidad la que decida libremente si se adscribe o no a la propuesta de Martinsa, la clave, admiten las fuentes consultadas, está en la posición que adopten los dos acreedores mayoritarios: Caixabank y, de forma más relevante, la Sareb. Es el banco malo quien ostenta la mayor porción de la deuda de la inmobiliaria, créditos heredados en su mayoría de Bankia. Se juega más de 1.450 millones, más de un 26 % del pasivo total de la compañía. El sentido de su voto, en el que algunos creen que pesará la voluntad política de no ver caer a la empresa que puso rostro al crac del ladrillo justo cuando empieza a calar el mensaje de la recuperación -el Estado a través del FROB controla un 45 % del banco malo-, podría arrastrar a algunos acreedores minoritarios.

No sería el primer salvavidas que se lanza a la inmobiliaria, que ha podido presentar su propuesta de modificación de convenio con las ventajas introducidas por la última reforma de la ley concursal gracias a una disposición transitoria a la que en el sector se conoce coloquialmente como «cláusula Martinsa». Además, la compañía llevaría también años en causa legal de disolución por su abultado agujero patrimonial de no ser por un decreto aprobado por el Gobierno Zapatero en el 2008, y prorrogado después año a año, que permite no contabilizar como pérdidas la depreciación del valor de los activos inmobiliarios, del que se ha beneficiado junto a otras grandes firmas del sector.

En cualquier caso, la tarea para salvar Martinsa es hercúlea. Y es que, por los términos de la propuesta de convenio, se requiere el visto bueno de los titulares del 75 % de la deuda.

Asumir la propiedad

En cualquier caso, si la empresa sobrevive la banca tiene claro que será con ella como propietaria. Fernando Martín debería ceder las riendas efectivas de la entidad, aunque las entidades aceptarían mantenerlo en puestos de gestión.