La industria paga la leche en el campo a 0,27 euros

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

El sector productor cerrará enero con una nueva bajada de precios a solo dos meses del fin de las cuotas lácteas

29 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

Habría que remontarse al verano del año 2012 para hallar unos precios de la leche en origen tan bajos. En el arranque de este 2015, algunas industrias lácteas están ofreciendo a los ganaderos contratos de un mes en los que pagan por litro 0,27 euros. Una cifra que, lejos de cubrir los mínimos costes de producción, abocaría a la quiebra en poco tiempo a la mayoría de las diez mil explotaciones de la comunidad.

Las estimaciones del sector productor apuntan a que el precio medio del litro de leche cerrará el mes de enero en Galicia a 0,29 euros, dos céntimos menos que en diciembre y diez menos que el mismo mes del 2014. Es decir, en apenas un año, la cotización de la materia prima en origen ha descendido un 25 %. Una tendencia que marca la alta volatilidad de unos precios que tocan suelo a apenas dos meses de que finalicen las cuotas lácteas. La liberalización del mercado y una presencia mayor de materia prima al no existir límites a la producción acentuarán las tensiones de precio a la baja. Una previsión que ha encendido todas las luces rojas del sector en Galicia.

A esta brusca caída del valor de la materia prima en el campo ha contribuido, en gran medida, un cambio de escenario a nivel mundial, con un descenso de la demanda que ha impedido canalizar los excedentes europeos. Leche que se queda en la UE y tira a la baja los precios en origen. Este no es un fenómeno nuevo. Pero la principal duda que surge es por qué estos ciclos tienen mayor incidencia en esta comunidad. ¿Por qué Galicia, siendo la principal productora, tiene los precios más bajos de toda España? La vulnerabilidad de las explotaciones gallegas a los descensos de precios vuelven a evidenciar la poca efectividad del llamado paquete lácteo, que establecía contratos con las industrias por un año de duración, pero que en la mayoría de los casos se han firmado por meses.

El marco normativo, que ahora se apresura a modificar el Gobierno mediante un nuevo decreto, no ha servido para corregir el factor diferencial negativo de Galicia respecto a otros países, como Francia. Y es la debilidad de su cadena de valor, muy desestructurada, donde los eslabones actúan con visión de parte, con el productor del campo como parte más débil en la medida en que son las industrias y la distribución las que tienen el poder para ajustar márgenes.

Precisamente esta mañana, en Santiago, Unións Agrarias mantiene una nueva reunión con los grupos parlamentarios para que Galicia pueda fijar una posición común en la reforma normativa que ultima el Gobierno. El principal objetivo que ahora persigue el sector es que se introduzca de forma obligatoria la figura de un mediador en caso de desencuentro entre productores e industrias a la hora de negociar contratos. Y, sobre todo, que no existan subterfugios para que las industrias puedan firmar contratos inferiores a los doce meses. Es lo que sucede ahora con una figura que regula la renuncia del ganadero, un derecho del productor, pero que usan las industrias para acortar la duración.