¿Son peligrosos los compuestos de las botellas de plástico y las latas?

MERCADOS

MONCHO ARES

Una agencia de Europa ha concluido que el bisfenol A no representa ningún riesgo para la salud. Algunos expertos determinaron que el compuesto afectaba a varios sistemas del cuerpo

29 ene 2015 . Actualizado a las 18:43 h.

No se ponen de acuerdo. Después de levantar el hacha de guerra contra el bisfenol A, un reciente estudio ha dictaminado que la exposición dietética a este controvertido compuesto químico no presenta riesgos para la salud. Este producto, presente en objetos de uso cotidiano como las latas o las botellas de plástico no consigue unanimidad de opiniones entre la comunidad científica. En los últimos años se han publicado diversos estudios en los que las conclusiones no aportan nada de claridad en un asunto que preocupa a muchos consumidores. El último, parece bastante determinante.

1. ¿Es seguro el bisfenol A? ¿qué es?. El bisfenol A ­-o BPA- es un producto químico utilizado para la fabricación de plásticos y resinas epoxi. Es un compuesto que cuenta con una gran presencia en los productos de consumo diario de los ciudadanos. Su fabricación y uso han estado siempre muy pegados a la polémica y desde los años 30 ha estado siempre en el punto de mira. Sospechoso de ser dañino para los humanos, varios gobiernos han emitido numerosos informes cuestionando su seguridad. Ante tal falta de quórum, ya hay empresas que han decidido cubrirse las espaldas y erradicar por completo este compuesto de sus procesos de fabricación. Incluso hubo cadenas de venta que decidieron retirar cualquier producto sospechoso.

2. ¿En qué productos se encuentra? El bisfenol A está presente en los plásticos que se utilizan para fabricar envases de uso diario tales como botellas, tápers o en el revestimiento de las latas de conservas. Sin embargo, el contacto con los consumidores no se reduce a eso. Los tan comunes tickets de la compra y de aparcamiento, los fax y algunas otras facturas también tienen un alto contenido de este compuesto. El polvo, los CDs, varios juguetes y cosméticos completan la lista de productos expuestos al polémico químico. Pero sin duda uno de los productos fabricados con bisfenol A que más controversia y preocupaciones ha provocado son los biberones, lo que situaron a los bebés entre los grupos más expuestos. La presencia del químico es tan común que el Centro para el Control y Prevención de Enfermedades comprobó que más del 90 % de los habitantes de Estados Unidos tienen trazas de esta sustancia en su organismo, aunque por lo general, por debajo de la dosis diaria tolerable.

3. ¿Qué riesgos tiene? La Agencia Europea de Seguridad Alimentaria (Aesa) determinó esta semana, tras un largo estudio, que la exposición a este químico no genera riesgos para la salud. Una conclusión que, sin embargo, poco o nada tiene que ver con las publicadas anteriormente. Varios estudios relacionaron durante mucho tiempo al bisfenol A con alteraciones en el metabolismo y con enfermedades como la diabetes y algunos tipos de cáncer. La Easa lo tiene bastante claro. En su dictamen concluye que este producto no presenta riesgos para los consumidores a los niveles actuales de exposición, los cuales están muy por debajo del límite que se considera seguro, 4 microgramos por kilo de peso corporal al día. Con los resultados en la mano, la Easa calcula que la exposición media de cualquier ciudadano ­-sumando todas las fuentes a las que nos enfrentamos en el día a día- es entre tres y cinco veces menor al seguro. Sin embargo, la agencia europea ha dejado una pequeña puerta abierta. Ellos mismos admiten que existe una «considerable incertidumbre sobre la estimación de exposición para las fuentes no alimentarias». Traducido, esto significa que la investigación tendrá que seguir adelante, y que sobre el bisfenol A no está todavía todo escrito. Aún queda por determinar qué papel cumple el contacto de la piel con el papel térmico que se utiliza en los tickets del supermercado, una cuestión que se resolverá en una investigación paralela que está llevando a cabo EE.UU.

4. ¿A qué órganos afecta? En una cantidad considerada de riesgo, el bisfenol A puede afectar a diferentes sistemas del cuerpo, como el nervioso, la glándula mamaria, la próstata el hígado, los riñones o incluso el páncreas. Un estudio publicado recientemente por la revista Endocrinology va un paso más allá y revela que la exposición durante el embarazo puede causar en los bebés un riesgo de padecer diabetes o enfermedades cardíacas en el futuro.

5. ¿Se ha prohibido en algún país? Francia fue el primero en apuntarse a la máxima de que más vale prevenir que curar y hace un par de años decidió prohibir por completo el compuesto en todos los envases de alimentos. La respuesta de la Unión Europea siempre ha sido algo más templada y en el 2011 decidió prohibir la comercialización de biberones que contengan este químico. Con los nuevos resultados en la mano, quien no ha tardado en exigir disculpas ha sido la patronal de fabricantes de materia prima plástica (Plastics Europe). A través de un comunicado ha solicitado la retirada de las «desproporcionadas» restricciones impuestas en el país galo.

6. ¿Se puede evitar? Si a pesar de las recientes conclusiones de la Easa todavía existe lugar a dudas, la Agencia de Alimentos y Medicamentos de EE.UU. publicó hace un tiempo algunos consejos para limitar la exposición a esta sustancia. El código de reciclaje puede ser un gran aliado para identificar la presencia del compuesto. Los envases que más trazas pueden contener son los que tienen los números 3, 7 y 10. Los números 1 (Pete), 2 (HDPE), 4 (LDPE) y 5 (PP) son los que no contienen BPA. La apuesta por las botellas de vidrio y por las latas de cristal son otro de los puntos que recomiendan los expertos. En el caso de no poder escapar al típico plástico de las botellas, se recomienda no reutilizar demasiado los envases.