Ayer fue el día «D» para el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi. El BCE anunció que comprará activos públicos y privados por valor de 60.000 millones de euros al mes durante año y medio ¿Esto ayudará a mejorar la economía española? Pues, en primer lugar, bajará la prima de riesgo. Con ello se reducirán los gastos de las Administraciones Públicas, de modo que será más fácil que el Estado español cumpla los objetivos de déficit pactados con la UE. Incluso el Gobierno podría bajar impuestos.
Además, los bancos, que están llenos de deuda soberana, se vaciarán de estos activos y, como necesitan rentabilizar esa liquidez, darán créditos al sector privado, empresas y particulares. Eso animará la economía y creará puestos de trabajo.
Pero los beneficios no acaban ahí. Todavía hay más. El aumento de liquidez, de euros en circulación, hace que nuestra moneda se deprecie respecto al dólar. Por tanto, nuestras exportaciones fuera de la zona euro serán más baratas y venderemos más. Después de la devaluación interior realizada por España estaremos en mejores condiciones para vender fuera y eso también creará puestos de trabajo.
Un camino no exento de riesgos
Aunque no todo es tan fácil. Existen algunos riesgos, pero estos se pueden superar si hay responsabilidad política. El primer riesgo es que las Administraciones Públicas, cuando vean que el dinero está barato, se endeuden todavía más. Por eso la Unión Europea debería vigilar las emisiones de deuda soberana que se realizan
Pero, es un riesgo a medio plazo. El otro problema es que la inflación se dispare, pero por ahora no parece que esto vaya a suceder.
En conclusión, la decisión del BCE puede ser buena y no parece que los riesgos a corto y medio plazo sean grandes. Dentro de dos años, a mediados del 2016, ya veremos lo que pasa. Para el Gobierno es una buena noticia. De Guindos verá como su previsión del 2,5 % de crecimiento sobre el PIB para 2015 está cada vez más cerca y el desempleo bajará del 20 %. Esperemos que este tren, que de momento va a buena velocidad, no descarrile.
J. Ramón Pin es Profesor del IESE.