Vuelta a diferenciales de hace 10 años para vender como sea

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La banca tiene que dar salida a un buen número de viviendas procedentes de embargos.
La banca tiene que dar salida a un buen número de viviendas procedentes de embargos. Marcos Míguez< / span>

Con el euríbor en mínimos, falta de demanda, y el precio de la vivienda tocando suelo, la banca trata de reanimar el negocio

11 ene 2015 . Actualizado a las 05:00 h.

En muchas oficinas bancarias, el crédito para comprar una vivienda ha pasado de producto estrella a estorbo. Las prioridades en de las entidades financieras españolas pasan hoy por otros dos negocios: el crédito para pymes y para consumo. Las previsiones del sector es que este año la financiación nueva crecerá entre el 10 y el 15 % por una mayor demanda de las empresas y por un incipiente repunte del gasto. Pero la demanda de vivienda, según las firmas consultadas, no. De entrada, por una cuestión de negocio: con el euríbor tan bajo -apenas por encima del 0,3 %, en mínimos históricos- la rentabilidad que da una hipoteca, que es un producto a muy largo plazo, es bastante baja. Los números dan cuenta de ello: al acabar el primer trimestre del 2014, el saldo de créditos para la adquisición de una vivienda se situó en 570.000 millones de euros, 50.000 millones menos que hace tres años, según datos del Banco de España. En cambio, el crédito nuevo para consumo está registrando subidas mensuales.

Sin embargo, eso no quiere decir que los bancos españoles se hayan olvidado del mercado hipotecario. Por dos motivos: porque forma parte de su ADN financiar viviendas, y porque ellos mismos también tienen sus propias casas a las que dar salida (pisos que fueron embargados tras impagos). Y a esto se añade un tercer factor: el precio de los pisos, ahora sí, parece haber tocado fondo, según coincidieron recientemente en dos informes por separado el FMI y la Sociedad de Tasación. Es decir, se entiende que la gente que puede comprar no seguirá esperando a que los precios caigan, porque queda ya poca bajada más.

Ello explicaría que este inicio del 2015 haya desperezado algo a los bancos, que han reabierto la guerra hipotecaria. ¿Cómo? Reduciendo los diferenciales por debajo del 2 %. La primera en hacerlo fue el Santander (tercera entidad por oficinas en Galicia), con una hipoteca a euríbor más 1,69 % con la que arrancó el 2015. Días después reaccionó la vasca Kutxabank, con un diferencial de apenas un 1 %. Eso sí, obligando al cliente a domiciliar nómina y a contratar tarjetas, seguros y algún otro producto. Es la oferta más baja del mercado, propia de hace 10 años. Antes fueron otros, como Abanca (el mayor operador de la comunidad), que oferta diferenciales del 1,75 % a partir del segundo año. Siempre obligando a una fuerte vinculación. Lejos están los productos a euríbor más 3,5 %. «El negocio está más restringido porque la demanda sigue cautiva -resume una fuente del sector-, y hay que pelearse por cada cliente».