Navantia inicia en Cádiz la obra para Iberdrola, que seguirá en Fene en febrero

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

El sector metalúrgico cree que el esfuerzo tecnológico del astillero podrá reportar pedidos para los sectores eólico y petrolero

20 dic 2014 . Actualizado a las 09:35 h.

Navantia celebró ayer en las instalaciones del astillero de Puerto Real (Cádiz) la primera obra de su recién estrenada división de la eólica marina. Inició el cortado de las primeras planchas de acero para la estructura de la subestación eléctrica encargada por Iberdrola para su parque alemán de Wikinger. Es un contrato que también genera carga de trabajo para el astillero de Fene, en la ría de Ferrol, que fabricará 29 jackets -estructuras en las que van enclavadas los molinillos en alta mar- aunque en el caso de la planta gallega la empresa sitúa el inicio de las tareas sobre febrero del próximo año. Primero habrá de caer el veto a la construcción civil que pesa sobre la factoría desde hace tres décadas y que culmina el próximo día 31.

En los últimos meses ya se han llevado a cabo trabajos de adaptación de la antigua Astano para esta nueva línea de negocio y que requerirá de una inversión total cercana al millón de euros. Además, la empresa pública ya había iniciado el pasado verano el proceso de selección de las firmas auxiliares con las que va a contar para ejecutar tanto la estructura de la subestación eléctrica -presupuestada en 70 millones de euros- y de los jackets, en 90. En Fene será Nervión, una subcontrata de aceros que ha tenido una presencia constante en la antigua Astano, la que participará en los trabajos.

La obra empleará, según Navantia, a una horquilla de entre 600 y 700 personas durante la fase de fabricación (otras fuentes rebajan la cifra a 450). Los jackets empezarán a instalarse en el mar en el primer trimestre del 2016, operación que culminará a finales de ese mismo verano. Serán año y medio de tareas que se desarrollarán en la mayoría de las instalaciones del astillero. Por su parte, la firma asturiana Windar Renovables utilizará parte de la antigua Imenosa para la producción de los llamados pilotes de los jackets, que serán pintados en la factoría.

Materializará así una nueva rama de actividad para la compañía, que si bien durante décadas y a través de la ferrolana fábrica de Turbinas se volcó de lleno en la producción de aerogeneradores, abandonó ese mercado energético tras perder la licencia con el tecnólogo Bonus.

Satisfacción en el metal

La apertura a ese nuevo negocio es motivo de satisfacción para la Asociación de Industriales Metalúrgicos de Galicia (Asime), que considera el encargo «fruto de un importante esfuerzo por la diversificación y por la innovación que se llevó a cabo por parte del astillero desde hace unos años, adquiriendo a lo largo de estos un importante know how en nuevas tecnologías de producción, imprescindibles para su incursión en la eólica marina y aplicables también a otras actividades que pueden suponer nuevos contratos» en la eólica y en la industria del petróleo. Enrique Mallón, secretario general de Asime, subrayó las perspectivas que maneja el sector marítimo: «En Galicia podemos ser competivivos».