«Non traemos un si de Noruega, pero tampouco traemos un non»

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Miembros de Long Hope expusieron al Gobierno noruego sus exigencias para que les sean devueltos los impuestos que pagaron indebidamente

09 dic 2014 . Actualizado a las 07:04 h.

Quiso la casualidad que cuando el presidente y el portavoz de Long Hope -la asociación de exmarineros españoles que trabajaron enrolados en mercantes noruegos- estaban en Oslo trasladando al Gobierno sus exigencias, el ministro de Trabajo de aquel país y su homóloga de Finanzas decidiesen dar solemnidad a lo que, en el fondo, no era más que el cumplimiento de una sentencia judicial: la que obligaba al Estado a indemnizar a varios buzos que trabajaban en el mar del Norte, que pleitearon para ver reconocidas sus dolencias como fruto del ejercicio de su oficio, y ser compensados por sufrir una enfermedad profesional. Así que después de 25 años de pulso con el Estado, los buzos que todavía quedaban con vida fueron citados en el museo del petróleo para recibir, de manos de los ministros, cheques de 2,5 millones de coronas en los que van incluidos los atrasos.

Es lo que intenta evitar Long Hope, que sabe que embarcarse en un pleito judicial supondría eternizar la resolución de su demanda, algo que no conviene demasiado a un colectivo integrado por unas 12.000 personas que ya entrado bien de lleno en la jubilación. La asociación prefiere «un mal arranxo a un bo preito», pero no cabe duda de que si Noruega no reconoce que durante años les estuvo cobrando impuestos indebidamente sin que ahora tengan siquiera derecho a pensión, y no les devuelve esas cantidades que no tendrían que haber abonado, «iremos dereitos ao tribunal de Nacións Unidas», sentencia Alberto Paz Viñas, portavoz del colectivo de exmarinos que trabajaron en Noruega.

Paz acaba de regresar, con el presidente de Long Hope, Juan Lores, de una gira por tierras noruegas. Han vuelto con buenas perspectivas, pero sin ese sí rotundo al que aspiran para sus reivindicaciones. «Acordo en firme non traemos ningún, pero si boas palabras», señala Alberto Paz. Declaraciones «ambiguas» que, no obstante, en sus resquicios dejan entrever una intención de llegar a un arreglo. Y fían ese punto de encuentro a lo que dictamine el Defensor del Pueblo noruego, que no hace muchos meses decidió reabrir el caso de los marineros gallegos que contribuyeron a las arcas de aquel Estado sin haber tenido nunca derecho a contraprestación alguna.

Respaldo de AGE

Los miembros de Long Hope estuvieron acompañados por el número dos de la Embajada de España en Noruega, Raúl Bartolomé, y respaldados por Juan Fajardo, diputado de Alternativa Galega de Esquerda (AGE) y portavoz de Pesca de ese grupo en el Parlamento de Galicia.

Bartolomé estuvo presente en la reunión que Paz y Lores mantuvieron con el secretario de Estado del Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales noruego, Thor Klepplen Sættem. Y le dejaron claro que lo único que enturbia las relaciones bilaterales entre España y Noruega, es, precisamente, la espinosa cuestión de los marineros que contribuyeron a construir ese paraíso social en Escandinavia sin haber recibido nada a cambio.

El regreso sin un no tajante y la promesa del Gobierno español de que no se abandonará la reclamación es lo mejor que se han traído en la maleta Lores y Paz.