Alcoa: Con malos trucos y malos tratos nos jugamos el caldo

Sofía Vázquez
Sofía Vázquez SOFIA.VAZQUEZ@LAVOZ.ES

ECONOMÍA

Trabajadores de la planta coruñesa de Alcoa durante una de las protestas que han iniciado esta semana contra el expediente de despido colectivo.
Trabajadores de la planta coruñesa de Alcoa durante una de las protestas que han iniciado esta semana contra el expediente de despido colectivo. césar quian< / span>

La multinacional del aluminio no se anda con tonterías y plantea el despido de 814 trabajadores en A Coruña y Avilés

07 dic 2014 . Actualizado a las 05:04 h.

La multinacional del aluminio Alcoa no se anda con tonterías. Está decidida a ponerse una vez roja que cien colorada, y ha planteado el despido de sus 814 trabajadores de A Coruña y de Avilés. ¿Por que? Dice que las plantas no serán rentables al haberse quedado fuera de la subasta de electricidad con incentivos.

¿De qué incentivos económicos estamos hablando?

De incentivos a la interrumpibilidad. Significa que el Estado paga una cantidad de dinero importante a aquella compañía que accede a que le corten el suministro en un momento dado por un grave incidente en el sistema eléctrico.

¿Cuál es el objetivo último de la interrumpibilidad?

Abaratar el recibo a grandes compañías que a la vez son fuertes consumidoras de energía, como sucede con el caso de Alcoa (gasta 400 millones de euros en energía cada año). Suelen también ser grandes generadoras de empleo. Las empresas siderúrgicas defienden la interrumpibilidad como vía «para alinear el precio de la energía de la industria electrointensiva con la de otros países europeos». Alemania, sin ir más lejos, tiene los precios 13 euros por megavatio/hora más baratos que España.

¿Este sistema esconde entonces una especie de ayudas de Estado?

[Respuesta a la gallega] Depende de cómo se realice el análisis. El Ministerio de Industria ofrece unos incentivos económicos muy apetitosos a estas grandes compañías, normalmente vinculadas a grandes multinacionales que suelen tener sus instalaciones ya amortizadas y tienen fácil tomar la decisión de echar el cierre. Esa es la cruz de la moneda. En la cara nos encontramos que la subasta de interrumpibilidad está adscrita a un proceso competitivo -aplaudido, como no podía ser de otra manera, por todas las instancias europeas- en el que a través de una puja se adquiere un bien (la energía interrumpible, en este caso).

¿Cómo funciona la subasta?

Simplifiquemos la explicación. Se trataría de una subasta a la inversa. Se fija un precio de partida por lotes y entonces comienza la puja con valores a la baja. Como en las lonjas de pescado. Cuando a una empresa determinada le interesa el valor alcanzado, lo indica. Y lo hace, supongamos, apretando un botón. En ese momento, sirva como ejemplo, el ministerio le pagará a la compañía 27 millones de euros por un bloque de 90 megavatios interrumpibles.

¿Hay vencedores y vencidos en la subasta?

Sí, los hay. El que más aguanta sin apretar el botón, se lleva la energía más barata. Pero quien arriesga demasiado puede quedarse fuera de la puja y con los bolsillos vacíos. Puede haber también quien, siguiendo las reglas de juego, en lugar de optar a un bloque de 90 megavatios por 27 millones prefiere comprar dos de 90 por 45 millones. Seguirá ganando dinero y, además, «echa a un competidor», explican fuentes del sector.

¿Qué ocurrirá con las dos plantas de Alcoa?

Están pendientes de una dura negociación en la que están involucrados empresa, Gobierno central, autonómicos (Galicia y Asturias) y trabajadores. No obstante el futuro de las plantas bordea, hoy por hoy, un peligroso precipicio. Ha quedado patente que el sistema actual, en el que el trato se confunde con el truco, pone en peligro el caldo de 814 trabajadores, 400 de ellos gallegos.

¿Qué debe de hacer el Gobierno central si pretende que en España haya grandes y competitivas industrias ?

Acabar de una vez por todas con el aislamiento energético de España. El país es una isla por culpa de Francia, que se opone desde hace décadas a ejecutar interconexiones transpirenaicas. Y se opone porque teme que España sea capaz de llevar hasta territorio galo energía renovable tan competitiva como la nuclear. Mientras tanto, EDF mantendrá el monopolio en su país de origen y seguirá saliendo a competir en el resto de Europa. ¿Esta situación viene motivada por un trato o también tiene truco?