Los trabajadores de las factorías francesas denuncian competencia desleal

m. s. d. vigo / la voz

ECONOMÍA

18 nov 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Los cerca de 60.000 trabajadores de PSA Peugeot en Francia han pasado de ser la plantilla privilegiada del grupo a convertirse en poco menos que un lastre por sus elevados salarios y su baja productividad. Entre uno y otro escenario hay una deuda millonaria de por medio y el desafrancesamiento del grupo que, presidido ahora por un portugués (Carlos Tavares), ha suprimido más de 12.000 puestos de trabajo y cerrado una fábrica en el país galo (la planta de Poissy) en los últimos tres años.

Tras resignarse a firmar un contestado pacto social impuesto por París que incluye medidas de flexibilidad laboral y algunos recortes de incentivos, los sindicatos de PSA en las plantas francesas, con la CGT al frente, consideran una seria amenaza la rebaja salarial aprobada ayer en la planta que la multinacional tiene en Vigo.

La consideración de «mano de obra barata» que los trabajadores galos tienen de la factoría gallega no es nueva, porque la diferencia salarial existente antes del nuevo ajuste pactado rondaba entre los 10 y los 12 euros (entre 32 y 34 euros por hora trabajada en Francia, frente a los 22 euros, en el caso de Galicia).

La bajada aprobada ayer rebaja el coste laboral de Vigo a 19 euros la hora y eso ha indignado a los sindicatos galos, que acusan a los españoles (aunque el acuerdo en Vigo solo ha sido ratificado por el sindicato de empresa SIT) de «competencia desleal» y de «no haber luchado lo suficiente por defender los salarios y los derechos de la plantilla».

La CGT francesa abandera esta protesta que tiene en el foco a la planta viguesa, pero también a la portuguesa de Mangualde y a la eslovaca de Trnava, cuyo coste salarial es considerablemente más bajo que el de Vigo.

Mismas reglas de juego

Fuentes de este sindicato se muestran beligerantes ante la férrea política de ajustes emprendida por Tavares para devolver a PSA a la rentabilidad. «Se están rompiendo las reglas del juego con el consentimiento de los propios sindicatos españoles, que en vez de buscar el bien común, se centran en garantizarse lo suyo, sin preocuparse por el de al lado», denunciaba ayer la CGT.

Según este sindicato, la política de ajuste emprendida por el presidente de PSA dentro de Europa favorecerá sobre todo a Vigo y Trnava, porque se posicionan mejor para recibir volúmenes de producción a bajo coste.

Consideran que la entrada en el capital de PSA del propio Estado galo para rescatar la compañía tiene que ser una garantía de carga de trabajo para las fábricas galas pero la reducción de la capacidad instalada en Francia es ya un hecho incontestable.