El Parlamento luso aprueba el primer Presupuesto tras la salida de la troika

EFE

ECONOMÍA

Mantiene los ajustes y la presión fiscal aprobados estos últimos años

31 oct 2014 . Actualizado a las 16:38 h.

El Parlamento portugués aprobó este viernes los Presupuestos Generales del Estado para el año 2015, los primeros en ser elaborados en esta legislatura sin la intervención de la troika, con el voto a favor de los partidos conservadores en el Gobierno. Después de un tenso debate, los diputados socialdemócratas y democristianos respaldaron la propuesta del Ejecutivo e invalidaron de este modo el voto en contra de toda la oposición de izquierdas, formada por socialistas, comunistas, marxistas y ecologistas. El documento mantiene en líneas generales los ajustes y la presión fiscal aprobados los últimos años con el fin de garantizar que el país cumpla con sus objetivos de reducción del déficit público, a pesar de la mejora económica prevista para el 2014 y el 2015.

Los Presupuestos fueron aprobados en votación global -solo uno de los diputados de la coalición conservadora en el Gobierno prefirió abstenerse-, aunque continuarán todavía en sede parlamentaria hasta finales de noviembre, cuando está programada la votación en la especialidad. La mayoría absoluta en la Cámara con la que cuenta el Ejecutivo volvió a permitir la aprobación de este texto, clave en la definición de las políticas del 2015, último año de legislatura y que estará marcado por la celebración de elecciones generales. El documento altera la carga fiscal al aumentar algunos impuestos (como el del tabaco, el alcohol o los combustibles) y bajar otros (como la tasa que pagan las empresas por cada empleado), aunque prevé que sus ingresos por esta vía en términos totales aumenten. La principal medida encaminada a bajar la presión fiscal es la posibilidad de devolver en el 2016 una parte de los impuestos pagados en la declaración de la renta presentada del 2015, algo que solo será posible en caso de que los ingresos del Estado vía impuestos superen sus estimaciones, para repartir este excedente entre los contribuyentes. También introduce nuevos impuestos «verdes» (como la tasa sobre las bolsas de plástico) y una bonificación dirigida a las familias para intentar fomentar la natalidad. Además, ministerios como los de Educación y Justicia perderán fondos respecto al ejercicio anterior, los de Sanidad y Ciencia se mantendrán prácticamente en los mismos niveles, mientras que el de Defensa y Medio Ambiente incrementarán sus partidas. El propio Gobierno luso admitió hace meses su intención de rebajar la elevada carga fiscal de forma más expresiva y culpó de no poder hacerlo al Tribunal Constitucional, que declaró ilegales varios de los ajustes propuestos por el Ejecutivo y le dejó sin margen presupuestario para hacerlo.

El primer ministro, Pedro Passos Coelho, defendió que estos Presupuestos garantizan el cumplimiento de las metas de reducción del déficit a las que se comprometió Portugal con la UE, para lo que debe reducirlo desde el 4 % del PIB con el que espera cerrar este año hasta el 2,7 % del PIB en el 2015. El encargado de cerrar el debate parlamentario fue el «número dos» del Ejecutivo, el viceprimer ministro Paulo Portas, quien repasó las medidas que en su opinión mejoran la situación de los ciudadanos el próximo año. «Tenemos más autonomía y más libertad por tratarse del primer Presupuesto después de cerrar el rescate. Tenemos ahora más dignidad», indicó. Portas destacó que «la situación de Portugal es hoy mejor que la de ayer, y si se hacen las cosas bien, hoy estará peor que la que tendrá mañana», en referencia a la subida prevista del PIB, del 1 % este año y del 1,5 % el que viene.

Desde la bancada socialista, su líder, Eduardo Ferro Rodrigues, lamentó el «bombardeo de impuestos contra las clases medias» y consideró que los avances del país que el Gobierno presenta como consecuencia de sus políticas están relacionados en realidad con las decisiones tomadas en Europa. También discutió otros progresos, como el de la disminución del desempleo, que vinculó con el aumento de la inmigración, y recalcó el «fracaso» de la austeridad y el «triunfo» de las decisiones del Constitucional, que impuso límites a los recortes. Aprovechó su intervención para reclamar nuevamente la convocatoria de elecciones anticipadas dado el «agotamiento» del Gobierno conservador, al que acusó de ser «arrogante» y de «atacar a los más pobres».