Madereros de Lugo deciden romper la patronal gallega que nació hace dos años

Mario Beramendi Álvarez
Mario Beramendi SANTIAGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Unas 170 empresas de aserraderos y rematantes votarán la decisión el jueves

29 oct 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

Los sectores estratégicos de los países más avanzados suelen singularizarse por reunir en una sola organización los intereses de todos los eslabones de la cadena de valor. Para envidia de Galicia, eso es lo que ocurre con el sector lácteo francés. Y hace algo más de dos años, en mayo del 2012, en un acto apadrinado por Feijoo, nació Confemadera: un paraguas que daba abrigo a las grandes industrias, como Finsa o Ence, entre otras, pero también al medio centenar de empresas de aserraderos y rematantes, agrupados en Fearmaga, un sector que solo en el 2013 facturó casi 650 millones de euros y que resulta estratégico en el inicio de la cadena de valor.

Los empresarios de Lugo de la primera transformación, más de 170, están convocados mañana en la capital provincial a una reunión en la que está previsto que se vote la continuidad o no en Fearmaga y, en consecuencia, en Confemadera. Al mando de la asociación provincial se halla Daniel Villapol, empresario de Trabada, que ejerce una poderosa influencia en el conjunto del sector en Lugo y que durante la pasada primavera lideró las huelgas de entrega de los productores de eucalipto a pasteras como Ence por la bajada de precios. El conflicto, que se inició el 21 de abril y concluyó el 19 de mayo, generó unas pérdidas de 8 millones de euros a propietarios e industrias.

Según ha confirmado este diario, a lo largo de las últimas semanas, Daniel Villapol y otros empresarios han protagonizado una intensa campaña provincial -con el envío incluso de cartas- para persuadir a los rematantes y aserraderos de la inconveniencia de continuar en Fearmaga, toda vez que ya no defiende sus intereses bajo el paraguas de Confemadera. Es decir, la votación del jueves sería la escenificación formal de una ruptura ya decidida y previamente cocinada a fuego lento durante un largo tiempo. Y supondría, en cierto modo, un intento urdido desde el norte de Lugo para regresar al statu quo previo al 2012, en el que Fearmaga caminaba por un lado, y Monte Industria por el otro.

Preguntado ayer al respecto, Daniel Villapol aseguró desconocer cuál será el destino que deparará la trascendental votación que se celebra mañana en Lugo y circunscribió el punto del orden del día «a una cuestión interna». El empresario sí reconoció la existencia de un fuerte debate interno sobre si «Fearmaga representa los intereses de sus empresarios de forma idónea y si tiene independencia real como organización».

La ruptura de Fearmaga, que solo en la provincia de A Coruña tiene asociadas otras 176 empresas, supondría un duro golpe para la organización de un sector económicamente estratégico. Los últimos datos, relativos al 2013, revelan que la primera transformación de la madera facturó 1.299 millones de euros, de los que la mitad, aproximadamente, se correspondieron con la actividad de los aserraderos y de los rematantes.

El sector forestal, llamado a jugar un papel determinante en el desarrollo de un medio rural cada vez más despoblado por la crisis de rentabilidad de las actividades agroganaderas, es clave en las economías de muchos municipios. Los datos del Instituto Galego de Estatística (IGE) muestran que la madera representa el 30 % de las industrias asentadas en 52 ayuntamientos de entornos rurales. Y supone incluso más del 50 % del empleo industrial en algunos municipios de las provincias de Lugo y de Ourense.