«Ya no es cuestión de contar el número de peces, sino de saber qué influye en ese número»

espe abuín REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La visión ecosistémica sitúa a la organización ante el reto de dar el salto de gestionar solo la pesca a gestionar los océanos

20 sep 2014 . Actualizado a las 05:00 h.

La nueva política pesquera, la estrategia Horizonte 20-20 y la mirada ecosistémica con la que se atisba ahora al océano han colocado un importante reto ante el Consejo Internacional para la Exploración del Mar (ICES). Cómo superar ese desafío ha ocupado durante toda esta semana a los más de medio centenar de expertos que han participado en la cumbre anual de la organización.

-¿Qué hacen 500 científicos en una conferencia como esta?

-La conferencia tiene dos partes. Una se dirige a determinar la ciencia que necesita el ICES para dar consejo sobre los océanos, y otra a planificar todo el trabajo para el año que viene.

-¿Y cuál es esa ciencia que se necesita con más urgencia?

-Ha habido muchos temas en la cumbre, todos relacionados con la sostenibilidad de los océanos y cómo conseguirla. Una de las cuestiones más candentes es la que se deriva de la prohibición de los descartes. Cómo implementar eso en la flota y cómo dar las recomendaciones es uno de los retos. Otra área importante es la de la acuicultura, que la nueva política pesquera identifica como la principal línea llamada a satisfacer la demanda creciente de pescado. El ICES tiene que empezar a dar consejos científicos sobre acuicultura, cosa que nunca ha hecho antes, y para ello tiene que abrir líneas de investigación científica para estudiar qué impactos puede tener en el medio ambiente la cría de especies.

-La prohibición de los descartes comienza en enero, ¿están los científicos preparados para dar consejos?

-La obligación de descargar todo lo que se pesca afectará en enero a las pesquerías pelágicas, pero las reglas todavía no están desarrolladas. Ahora bien, las pelágicas son más sencillas. El problema llegará en el 2016, con la prohibición de descartes en las especies demersales en pesquerías mixtas. Va a ser complicado y todavía no se ha empezado a trabajar. Es imprescindible que científicos, industria y Administración trabajen juntos. A la vez, esto abre nuevas incógnitas. Ahora, un barco pesca, descarta pescado por la borda, lo comen los peces, los pájaros... Si ahora ya no se descarta, ¿de qué se van a alimentar? Esto ilustra cómo tiene que trabajar el ICES en el futuro. Mirar el ecosistema en su conjunto. Estudiar las interacciones entre los crustáceos, los pequeños peces, los grandes, el fondo marino, los pájaros... Y después de gestionar todo esto, preguntarse qué ocurre con el gas, el petróleo, el tráfico marítimo... Tenemos que dar el salto de gestionar solo la pesca a gestionar el uso del océano.

-La mortalidad por pesca es cuantificable, pero ¿cómo se miden los demás impactos?

-Sabemos mucho sobre las pesquerías: número de barcos, el esfuerzo pesquero, dónde pescan, los desembarcos. Pero también sabemos dónde hay petróleo, gas, por dónde pasa el tráfico marítimo y necesitamos ponerlo todo en común. Idear una estrategia de reparto. Lo mismo que cuando planificas una ciudad, tienes que saber dónde están los servicios para tomar decisiones. Eso debe aplicarse al océano. Analizar quién lo está usando para compartir y compartimentar. Un ejemplo es la estrategia marina, que reserva zonas marinas con hábitats vulnerables en los que se impide la pesca a artes como el arrastre.

-¿Pero tiene que desaparecer?

-No, pero hay ciertas áreas en las que no puede operar.

-¿Eso significa que el ICES tiene que cambiar la forma de trabajar?

-Sí. Hay una nueva forma de pensar, y se cree que se debe dar consejo sobre el ecosistema, sobre el océano. No proporcionar solo una recomendación sobre la sardina, sino también dar consejo sobre lo que influye en esa población: dónde vive, qué come, la temperatura, las corrientes, sus zonas de puesta, dónde están las rutas de transporte, el petróleo, el gas y cuál es el impacto en su conjunto.

-Es decir, ¿en lugar de un TAC van a recomendar también por dónde tienen que pasar los barcos? -Ahora se ha expandido el área de puesta de la caballa. La especie deposita las larvas en los meses de marzo, abril y mayo. La cuestión es: ¿podemos dejar que en esa época pasen petroleros por allí? Nunca nos hemos hecho estas preguntas antes. Habría que regular factores externos a la pesca, a la vez que se regula la pesca.

-¿Está exculpando a los pescadores de todos los males del océano?

-Cuestiones como el clima influyen. Las emisiones industriales de CO2, que causan la acidificación de los océanos y eso afecta a las larvas y a la alimentación del pescado del futuro... La contaminación está afectado a los stocks pesqueros. A partir de ahora ya no será solo cuestión de contar el número de peces en el mar, sino de intentar comprender cuáles son las principales cosas que están impactando en ese número. Y recolectar los datos para poder dar ese tipo de consejo.