La nueva cúpula de la fundación de las antiguas cajas defiende la austeridad para gestionar la entidad

ECONOMÍA

Descarta la venta de inmuebles o ajustes laborales en Afundación, pese a su complicada situación económica

18 sep 2014 . Actualizado a las 20:31 h.

La fundación de las antiguas cajas de ahorro (Fundación Caixa Galicia, Obra Social Caixanova y posteriormente Fundación Novacaixagalicia) se ha refundado y comienza a funcionar. Se llama Afundación, siguiendo la estela de Abanca, entidad de la que está desgajada a todos los efectos, pero de la que sigue dependiendo económicamente. Y está al frente, como en el banco, un Escotet, Miguel Ángel, primo de Juan Carlos Escotet y reputado catedrático en Estados Unidos con experiencia en la Unesco, la Fundación Anaya o la Organización de Estados Iberoamericanos.

La máxima de este nuevo presidente será la austeridad y la eficiencia. «Vamos a hacer un modelo más concentrado, con mayor impacto de las actividades que llevamos a cabo, menos atomizado, y sin convertirnos en una fundación de beneficencia», apuntaba esta mañana este profesor nacido en León, criado y formado entre Asturias y Madrid, y hasta ahora residente en Estados Unidos. Su despacho, como ha dicho, será «Galicia».

Afundación se enfrenta a un reto complicado: superar la situación económica en la que se encuentra, con un déficit anual de entre 11 y 13 millones de euros, y un fondo de maniobra (la liquidez que heredó de las antiguas cajas) que se está agotando: le quedan 73 millones, según datos del gerente, Pedro Otero. Abanca (a la que también pertenece Miguel Ángel Escotet como responsable de RSC) aportará a este organismo al menos 5 millones de euros cada año, y a partir del 2017, el 3 por ciento de sus beneficios después de impuestos. No es una panacea, admiten sus gestores, pero sin ese dinero extra la entidad social desaparecería en unos años, porque no es autosuficiente. Con todo, la cúpula descarta vender algunos de sus inmuebles (tiene 75 en total, 37 de uso propio y el resto alquilados) o afrontar ajustes de personal. «La máxima será hacer más con menos», resumió Escotet.