Ana Botín asume el «reto» de continuar con la trayectoria «de éxito» de su padre aunque admite «que no será fácil»

Ana Balseiro
Ana Balseiro SANTANDER

ECONOMÍA

Atlas

Preside la primera junta al frente del Banco Santander tras el repentino fallecimiento de Emilio Botín

16 sep 2014 . Actualizado a las 01:12 h.

Absolutamente sobria, con un traje negro de pantalón y chaqueta a rayas, con la única concesión al color -el corporativo rojo del Santander- en un pañuelo al cuello, Ana Botín abrió su primera intervención como presidenta del banco ante la junta extraordinaria de accionistas con un recuerdo a la labor de su padre, fallecido repentinamente la semana pasada.

Alabó su «visión clara», que hizo posible que la entidad, que «apenas figuraba entre los principales 140 bancos internacionales», en las casi tres décadas de presidencia de Emilio Botín pasara a colocarse como primer banco de la eurozona y miembro del top ten mundial por capitalización bursátil.

La sucesora, que fue repetidamente aplaudida por el auditorio a lo largo de su intervención, aseguró que se sentía «especialmente comprometida» con el «reto» de proseguir con la estrategia de su padre, aunque admitió que «continuar con la trayectoria de éxito de las últimas décadas no será fácil». En cualquier caso, recordó su profundo conocimiento del grupo, así como el apoyo de «un gran equipo y de un consejo de administración de gran experiencia», y aseguró que tenía una «total confianza» en el éxito futuro del Santander en cada mercado en el que opera. «Espero contar con la confianza de ustedes, señoras y señores accionistas», apostilló. De hecho, como muestra de confianza en el equipo de su padre, confirmó públicamente la continuidad de su consejero delegado, Javier Marín, nombrado número dos por el propio Emilio Botín cuando se vio obligado a prescindir del histórico Alfredo Saénz, en abril del 2013.

Aunque el recuerdo de la figura de Emilio Botín sobrevoló toda la junta general extraordinaria de accionistas, tanto en el discurso de la nueva presidenta como en las intervenciones de los asistentes -se sucedieron las condolencias y las alabanzas-, Ana Botín hizo un somero repaso por la situación y las perspectivas de futuro del grupo, así como de la ampliación de capital prevista para asumir la compra del 25 % de la filial brasileña del banco.

De hecho, esa operación de ampliación era el eje de la junta de este lunes, inicialmente de trámite, hasta que la muerte del patriarca disparó el interés por la primera intervención de la nueva presidenta. Esta se refirió a la oferta como «financieramente buena tanto para los accionistas minoritarios de Santander Brasil como para los de la matriz», e indicó que, en el caso de que acuda la totalidad del capital, «incrementará en un 1,3 % el beneficio por acción en el 2015».