Una jueza de Vigo obliga a Bankia a devolver el dinero de unas acciones

redacción / la voz

ECONOMÍA

La sentencia declara nula «por vicio del consentimiento» la contratación de los 15.000 euros por parte de un matrimonio

04 sep 2014 . Actualizado a las 15:36 h.

La magistrada del juzgado de primera instancia número 6 de Vigo acaba de fallar en contra de Bankia por la venta de acciones a un matrimonio de esa ciudad cuando la entidad, entonces presidida por Rodrigo Rato, salió a bolsa, en el verano del 2011. «La entidad financiera en la fase de comercialización de las acciones trasladó a los clientes una información patrimonial y de solvencia económica que no era la real, contraviniendo la normativa [...] de información veraz y objetiva», se lee en la sentencia, fechada el pasado lunes.

Bankia salió a bolsa anunciando unos niveles de solvencia, liquidez, morosidad y beneficios que posteriormente se demostraron irreales. El banco, junto a otra serie de entidades, tuvo que ser reflotada con dinero público, y, de hecho, es la entidad que más fondos públicos ha percibido (22.424 millones de euros). Tiene varios procedimientos judiciales precisamente por aquella salida a bolsa.

«Mi representado, como otra tanta y tanta gente, invirtió sus ahorros en una entidad sobre la base de unos coeficientes, ratios y resultados que se han demostrado absolutamente falsos», apunta la abogada compostelana Delfa Losa, que se ha encargado de este caso. Y aunque en la contratación de acciones se asume riesgo por la fluctuación de los títulos, la jueza recuerda que los dos afectados «padecieron un error sobre el estado patrimonial» del banco imputable a Bankia, porque el ciudadano, antes de contratar esas acciones, no tenía otra manera de comprobar la solvencia que acudir a la información pública, que se reveló falsa.

La sentencia declara nula «por vicio del consentimiento» la contratación de los 15.000 euros en acciones por parte de ese matrimonio. El fallo es uno de los primeros individuales en España por las acciones de Bankia (hay otro al menos en Mataró, Barcelona) y es recurrible.