Hollande y Draghi coinciden en que la economía de la eurozona precisa muletas

mercedes mora REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Septiembre comienza con todos los ojos puestos en en el BCE, que dicidirá este jueves si adopta o no medidas excepcionales

02 sep 2014 . Actualizado a las 09:13 h.

Transcurrido el mes de agosto, sin sobresaltos en los mercados, y a la vista de los endeble del crecimiento europeo, septiembre comienza con los ojos puestos, por enésima vez, en el hombre que todo lo puede: Mario Draghi. Tiene este jueves el presidente del BCE una cita clave. Se reúne el consejo de la autoridad monetaria y algunos confían en que mueva otra vez ficha el italiano. Hay que plantar cara al fantasma de la deflación y reactivar una economía que no acaba de levantar cabeza.

Se agarran los optimistas a lo que Draghi dijo en Jackson Hole (Wyoming, Estados Unidos), un foro este donde los banqueros centrales suelen soltar su lengua más de lo habitual. Allí el italiano habló de lo mucho que le preocupan la deflación y la renqueante economía del euro. Y, lo más importante, no mostró reparo alguno en echar mano de las medidas extraordinarias. «Los riesgos de hacer demasiado poco superan a los de hacer demasiado», dijo el italiano. Todo un aviso a navegantes para aquellos a quienes la sola mención de las acciones no convencionales le produce sarpullidos.

Cuestión de tiempo

Hay quien piensa que es solo cuestión de tiempo que el BCE se vea obligado a mirarse en el espejo de la Reserva Federal y poner en marcha un programa de recompra masiva de activos. Pero son legión los que opinan que todavía es pronto para eso. Que antes de eso, el italiano esperará a tener sobre la mesa los frutos del paquete de medidas que anunció a comienzos del verano. Entonces, además de recortar los tipos de interés hasta el 0,15 % -los más bajos de la historia- y penalizar a los bancos por dejar quieto el dinero en la caja fuerte del BCE, anunció un nueva lluvia de millones (tantos como un billón) para préstamos a largo plazo con el objetivo de que el crédito llegue a familias y empresas.

Ayer el italiano se reunió con el presidente francés, François Hollande. Y contaron a Efe fuentes del Elíseo que en el encuentro, que duró apenas una hora, se habló de que la economía europea precisa muletas para salir a flote. Y que el presidente del BCE quiere que ese impulso se haga a nivel europeo, aunque no habló de ninguna medida en concreto.

Aseguraron también que Draghi le dijo a Hollande que, en lo referido a la compra de activos «todas las posibilidades están abiertas».

Habrá que ver -lo sabremos pasado mañana- si el guardián del euro considera llegado el momento de sacar otro conejo de su preciada chistera. Si no es así. A ver qué dice. Sus palabras, recuerden, son magia. O, al menos, lo han sido hasta ahora.