La automoción gallega se desinfla en pleno bum del sector en España

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Peugeot Citroën y sus proveedores pierden un 6,5 % de producción hasta junio

31 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

España está a punto de regresar al top ten mundial de productores de vehículos que abandonó en el 2011, arrastrada por el desplome de las ventas.

La fabricación de 3 millones de vehículos al año es una meta próxima, porque las 13 plantas de ensamblaje existentes en España están cargadas de producción, y en lo que va de año han creado 6.500 nuevos puestos de trabajo.

Las perspectivas son buenas, también porque las multinacionales siguen confiando proyectos a las factorías españolas que, como las de Nissan, Opel, Ford, Volkswagen o Mercedes, han añadido en este 2014 nuevos modelos a sus cadenas de montaje.

En esta euforia de la industria del automóvil, Galicia tiene un papel clave porque gracias a PSA Peugeot Citroën y su red de 100 proveedores locales, en el 2013 fue la comunidad líder del sector. Por eso, si la automoción gallega pierde fuelle, como está ocurriendo en estos momentos, el impacto no será menor en los balances de Anfac, la patronal de los concesionarios.

Y de momento, el resultado de la primera mitad del año preocupa. Citroën fabricó hasta junio 209.544 unidades. Solo ha sido superada por Seat (Martorell, en Barcelona), con 239.144. Las 11 factorías restantes se situaron claramente por debajo. El problema es que la producción de la multinacional francesa en Vigo es un 6,5 % menor a la del mismo período del 2013 y es, junto con la de Renault en Palencia la única que ha perdido actividad.

Como consecuencia, mientras las demás plantas refuerzan sus plantillas, la factoría gallega está en pleno proceso de recorte de mano de obra eventual. Suprimirá más de 200 contratos hasta final de año, porque las previsiones para el último trimestre del año siguen a la baja.

La dirección de la factoría espera cerrar el año con una producción de 380.000 coches, 26.000 menos que el año pasado cuando, según los planes de la multinacional al adjudicó a Vigo los tres últimos lanzamientos (Peugeot 301, Citroën Elysée y nuevo C4 Picasso), la idea era superar ampliamente el medio millón de coches al año.

Exportaciones y vetos

La acogida en el mercado de estos nuevos vehículos no ha sido la esperada y esta situación ha coincidido con una fuerte crisis interna en el grupo PSA, que ha acabado rescatado por el propio Estado francés, que ha tomado el 14 % del capital, junto con la multinacional china Dongfeng (controla otro 14 %).

La factoría gallega y su red de proveedores sufren en estos momentos las consecuencias de una demanda menor de lo esperada. Pero la fuerte dependencia del mercado exterior, al que la planta de Balaídos destina el 90 % de los coches que fabrica, también juega en contra. Francia y Alemania son los principales mercados de los coches gallegos, y los indicadores de debilitamiento en ambos países son motivo de alarma. No lo es tanto la amenaza de veto lanzada por Rusia ahora también para la importación de vehículos, ya que este país solo supone el 4 % de las exportaciones.

Hay otro reto inminente: a finales de este año, la multinacional francesa adjudicará una nueva gama de furgonetas y Vigo se supone la planta ganadora. El proyecto equivale a una garantía de producción de 250.000 coches al año.

Pero la fuerte política de ajuste de costes amenaza con desviar la adjudicación de los componentes a proveedores de Portugal, lo que supondría un duro golpe para la red auxiliar, con una fuerte dependencia del grupo galo.