Cierre sorpresivo de la anchoa pese a su abundancia

F. F. REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Así lo han pedido las organizaciones de productores del sector cantábrico noroeste, fundamentalmente vascos y cántabros

30 ago 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La flota gallega de cerco no da crédito. El Ministerio de Agricultura ha decidido cerrar la pesquería de la anchoa en la zona VIIIc (de País Vasco a Fisterra). Está prohibido capturar esa especie desde las doce de la noche de este viernes. Pero no porque se haya agotado la cuota. Ni mucho menos. Hay anchoas. Y muchas. Tantas que estaban salvando la campaña de verano del cerco gallego. La orden de cierre es porque así lo han pedido las organizaciones de productores del sector cantábrico noroeste (Opescantabrico), fundamentalmente vascos y cántabros, explicaron fuentes del cerco gallego. Y lo han pedido porque temen quedarse sin anchoa el año que viene. Tal cual. La comunicación emitida por el ministerio anunciado el cierre explica textualmente que, efectivamente, «se procede al cierre de la pesquería con la intención de reservar cuota para la campaña de primavera». Pero, claro, a los gallegos no les convence esta explicación y están seguros de que si los papeles se hubieran intercambiado y fuesen los gallegos los que pidiesen el cierre de una pesquería que abundase en País Vasco o Cantabria no hubiera ocurrido lo que ha ocurrido.

Fuentes del sector han avanzado que saben que los asturianos, sin ir más lejos, se oponen a esta medida.

El cerco gallego -152 barcos- había encontrado un filón en la anchoa, que habitualmente no solía abundar en verano en estas costas de la manera en que lo está haciendo. De hecho, la flota estaba salvando la campaña. «Era o colchón que tiñamos», admite un pescador.

La sardina sigue sin aparecer y la cuota de jurel es escasa, de ahí que los cerqueros hubieran decidido aprovechar la abundancia de anchoa para volcarse en esta especie. Fuentes del sector explicaron que incluso estaban faenando aquí barcos vascos y asturianos. De los primeros, pocos, porque la mayoría están ahora dedicados a la costera del bonito.

La flota gallega se siente discriminada en relación al trato que se le dispensa a la todopoderosa del País Vasco, que actúa casi a modo de lobby en los despachos del Ministerio de Agricultura de Madrid para defender sus intereses pesqueros.