El bajo coste portugués amenaza a la automoción gallega

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Peugeot Citroën monta los vehículos en Vigo con piezas surtidas por cien proveedores locales.
Peugeot Citroën monta los vehículos en Vigo con piezas surtidas por cien proveedores locales. Óscar Vázquez< / span>

El sector teme perder la adjudicación de piezas del nuevo modelo de Citroën

29 ago 2014 . Actualizado a las 11:19 h.

Portugal juega el doble papel de aliado y enemigo en la pugna que libra la automoción gallega, con PSA Peugeot Citroën al frente, por la adjudicación de la nueva gama de vehículos comerciales y el reparto de la producción de los componentes.

La multinacional decidirá antes de que finalice el año la planta ganadora del nuevo proyecto. Pocos dudan en estos momentos de que la de Vigo será la fábrica seleccionada, por su experiencia en el segmento y porque el lanzamiento se adjudicaría también a Mangualde, la factoría portuguesa satélite de la gallega, y cuya carga de trabajo depende de los excedentes de producción de esta última.

Fuentes del sector explican que la candidatura Vigo-Mangualde es la más competitiva porque, además, la planta lusa contribuye a rebajar los costes salariales, y esa es una baza ganadora.

Pero si Portugal -el país del que además es nativo el presidente de PSA, Carlos Tavares- es un buen aliado para la factoría gallega de Citroën, también se ha convertido en un duro rival para los proveedores de componentes, que ven en peligro su participación en el futuro proyecto, al menos en los niveles que han venido manteniendo hasta ahora, debido a los bajos costes lusos.

Según el informe elaborado por VDA, la patronal alemana del automóvil, Galicia fabrica coches con la segunda mano de obra más barata de la eurozona: 22 euros la hora. Solo por detrás de los 12,7 de Portugal, y al margen de los reducidos costes de Europa del Este.

Llamada a la Xunta

«La opción conjunta Vigo más Portugal es una combinación rentable para la adjudicación del nuevo modelo, pero eso tiene un grave riesgo, y es que se hagan muchos más componentes en Portugal, aprovechando los costes de allí, que son más bajos», explican fuentes de los proveedores gallegos, que apelan a la Xunta para que intervenga y ejerza presión «antes de que el grupo PSA, que además ahora está presido por un portugués, tome decisiones irreversibles», advierten.

En los últimos modelos lanzados en la factoría de Vigo, el panel de proveedores gallegos ha logrado mantener su habitual cuota de participación industrial (entre un 35 y un 40 %), al menos en lo que se refiere a las firmas subcontratistas de primer nivel, las que negocian directamente con el constructor.

Cien proveedores locales

Todas estas grandes adjudicatarias (Faurecia, Antolín, GKN, Denso o Benteler) tienen centros de producción filiales en el área de Vigo, Pontevedra, Ourense o el norte de Portugal, desde los que generan, a su vez, una segunda red de auxiliares de segundo y tercer nivel que elevan a casi un centenar el número de proveedores locales que participan en la producción de los vehículos de la planta de Balaídos.

Es esta segunda parte del proceso, la de la subcontratación de segundo y tercer nivel, la que está generando más incertidumbre entre la industria auxiliar.

Pero lo cierto es que la red de proveedores de la planta de Peugeot Citroën de Vigo se extiende cada vez más por Portugal a lo largo de una decena de polígonos situados en el eje atlántico.

La propia multinacional confirma que son más de 20 las industrias de componentes que están asentadas en el país vecino para servir a la planta gallega, a quien pasan una factura anual de más de 200 millones de euros.

Antolín, Gestamp, Faurecia, Aludec, Borgwarner o MGI son solo algunas de esas compañías proveedoras de componentes para los vehículos que Citroën monta en la factoría viguesa.