La banca portuguesa accede a refinanciar la macroplanta acuícola de Pescanova en Mira

Manoli Sío Dopeso
m. sío dopeso VIGO / LA VOZ

ECONOMÍA

Desiste de vender los activos y negocia con Deloitte las condiciones del rescate

28 ago 2014 . Actualizado a las 11:38 h.

Acuinova Actividades Piscícolas, la filial portuguesa de Pescanova, también tendrá una segunda oportunidad para salir adelante, al igual que su matriz española.

Los bancos portugueses, acreedores de una suma de 100 millones de euros, han desistido de recuperar su dinero ejecutando su derecho a vender los activos, y han accedido en cambio a negociar con Deloitte -contratado para la reestructuración de las filiales del grupo- los términos de una refinanciación que podría requerir una inyección de entre 40 y 50 millones más.

No les ha quedado otra. Durante los últimos meses, y pese a los intentos de la administración concursal que hasta el pasado junio estaba al cargo de Pescanova, las entidades portuguesas se cerraron en banda a la petición de una moratoria, y descartaron inyectar más dinero A Acuinova, a la que han considerado poco menos que inviable, dada su elevada siniestralidad (defectos de fabricación, averías e infecciones) y su baja producción.

Objetivo: liquidar

Su intención era ejecutar la deuda y liquidar la filial. Podían haberlo hecho, porque la planta de cultivo de rodaballo de Mira, considerada la mayor de Europa, es un project finance, es decir, los bancos portugueses que lo han financiado tienen como garantía los activos de la compañía y lo pueden hacer valer.

Según el informe económico financiero -elaborado por el administrador concursal de Pescanova, también Deloitte-, la deuda de la piscifactoría de Mira está en manos de los principales bancos portugueses: Banco Caixa Geral, BPI, BCP y Banco Espírito Santo. Este último, recién rescatado por el Estado portugués es el más reticente a inyectar más dinero en Mira.

No hay comprador

A finales de junio, la presión de los bancos y su postura inamovible llevó a Pescanova a dar casi por perdido el negocio acuícola de Portugal en el que tampoco ha demostrado tener especial interés, ya que el convenio de acreedores con el que la pesquera ha salido del concurso la deja fuera del plan de recapitalización.

Pero ocurrió que, tras reiterados intentos, los acreedores portugueses no han sido capaces de encontrar comprador para esta sociedad y ese es el motivo por el que ahora acceden a negociar la refinanciación necesaria para que la planta mantenga la actividad. «De este modo se garantizan más posibilidades de recuperar su dinero que dejándola morir», dicen fuentes conocedoras de las negociaciones.

Pescanova recibió 58,7 millones de ayudas por parte del Gobierno luso, que se ha negado a conceder más apoyos porque las previsiones de producción y empleo prometidas no se han cumplido. En el 2010 produjo 2.880 toneladas de rodaballo, en el 2011 subió a 3.931 y en el 2012 alcanzó las 4.397, frente a las 7.000 previstas.

Pescanova reconoció en la reciente junta de accionistas que la planta funciona a la mitad de su capacidad y que «para reactivarla», precisaría «una inyección relevante» de capital. En sus cuentas del 2013 dice que cuando se subsanen las averías, la producción de la planta se quedará en 3.500 toneladas.