«Si no cambia la política económica, España será un país subdesarrollado»

Ana Balseiro
ana balseiro MADRID / LA VOZ

ECONOMÍA

Medialdea forma parte del colectivo Novecento de economistas y de la alternativa política Podemos.
Medialdea forma parte del colectivo Novecento de economistas y de la alternativa política Podemos.

Sostiene que la recuperación pasa por que el Estado impulse la actividad y el empleo

24 ago 2014 . Actualizado a las 15:01 h.

Especialista en subdesarrollo, hasta que la crisis despertó su interés por lo que estaba ocurriendo en su entorno más próximo, Bibiana Medialdea (Madrid, 1977), profesora de Economía Aplicada en la Universidad Complutense de Madrid, no es nada optimista con el futuro al que nos aboca la actual política económica, tanto nacional como europea. Integrante del colectivo Novecento y miembro de la mesa de economía de Podemos, defiende con argumentos claros y contundentes que otra vía es posible y que, optando por ella, en lugar de salvar el sistema financiero se salvaría a la sociedad. «Si seguimos por este camino, el futuro tiene un nombre: subdesarrollo», sentencia.

-¿Cómo valora la situación económica actual, especialmente después de los últimos datos del PIB de países vecinos? ¿Hay razón para el optimismo?

-Los últimos datos que han salido sobre el PIB de las economías europeas lo único que hacen es certificar que no había motivo ninguno para la satisfacción del Gobierno. Porque los datos que nos estaban dando antes, de mínimo crecimiento del PIB, lo que nos estaban diciendo era que quizá, y solo quizá, habíamos tocado fondo. Y no sabes cuánto tiempo vas a estar en el hoyo ni cuándo ni a qué velocidad vas a volver a crecer. Además, aunque la economía española comenzara a registrar crecimiento trimestre tras trimestre, las condiciones cualitativas de ese crecimiento no son en absoluto para estar satisfecho, es decir, las condiciones del empleo y las rentas que se están generando no son buenas, por lo que la recuperación es ilusoria.

-Pinta feo entonces... ¿Ni siquiera creciendo vía exportaciones?

-No hay condiciones mínimas de calidad y estabilidad del empleo para que se reactive el consumo. La bola no va a poder seguir moviéndose sola, a no ser que -y esa es la historia que cuenta el Gobierno- fuera la demanda externa la que tire. Pero en el caso de España es imposible, porque las exportaciones son una parte muy pequeña de nuestra economía, y la guinda es que, con los últimos datos, se ve que nuestros socios europeos no van a poder tirar de nosotros, es decir, no hay demandantes externos con capacidad de compra.

-¿El optimismo del Gobierno es excesivo entonces?

-El Gobierno está fingiendo, porque los datos oficiales, sus propias estimaciones, no se las creen ni ellos, y responden a que tenemos citas electorales próximas. No hay motivos de alegría.

-¿Hay política económica alternativa a la que aplican el Ejecutivo y la UE? ¿Qué cambiaría?

-A ver, no es que la estrategia de la UE sea equivocada. No se están equivocando; no, lo están haciendo bien. Es una estrategia exitosa para los objetivos que se ha planteado, que es recomponer lo máximo posible las cuentas del sector bancario. Y las condiciones del resto de la población se ponen al servicio de este fin.

-¿Entonces qué propone?

-Para recomponer los ingresos de la mayor parte de la población es necesaria una política de rentas: en primer lugar, generación de empleo. Es decir, que el Estado tendría que hacer una política fiscal expansiva, habría que gastar para generar empleo y que así las familias pudieran obtener renta, que es la única forma de pagar deudas y de reactivar el consumo, con lo que las empresas podrían producir porque habría quien les comprase. Esta es un tipo de crisis especial del capitalismo, que se retroalimenta, y la única forma de romper la espiral es que alguien se ponga a gastar. Y el único que tiene capacidad para ello es el Estado.