El adiós al dique castiga a la división rentable y con más obras de Navantia

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

Vista aérea de las instalaciones de Reparaciones en el astillero de Fene, con dos buques gaseros efectuando obras.
Vista aérea de las instalaciones de Reparaciones en el astillero de Fene, con dos buques gaseros efectuando obras. JANET GONZáLEZ VALDéS< / span>

Con el desplome en la construcción de buques, Reparaciones generó casi el 70 % de los contratos logrados por los astilleros públicos el pasado año

07 ago 2014 . Actualizado a las 09:53 h.

Bruselas puso fin el martes a las expectativas creadas en el naval ferrolano para la construcción de un dique flotante en los astilleros públicos de Navantia que serviría para sostener unos 900 puestos de trabajo durante dos años. La fabricación de esta herramienta es necesaria para la división de Reparaciones, cuyos diques actuales tienen un tamaño inferior a los de los buques de última generación y permitiría abrir nuevos mercados a un naval que atraviesa su peor crisis de ocupación. Las dudas planteadas por la Dirección de la Competencia -que advierte de que si el dique flotante se financia con recursos públicos, Navantia puede incurrir en ayudas de Estado que vulneren las leyes comunitarias-, entierran un proyecto que lleva tres años centrando una de las principales reivindicaciones del tejido socioeconómico de Ferrolterra. Además, castiga a la división -la total del grupo, formada también por instalaciones en Cartagena y la bahía de Cádiz- que sostuvo durante el pasado año la contratación en la compañía, cerrando casi el 70 % de los pedidos obtenidos y un tercio de la facturación. Solo en Ferrol, en el 2012, facturó más de 80 millones y registró 2,2 de beneficios.

Aunque en los momentos álgidos de la actividad en los astilleros ferrolanos la actividad de reparaciones navales estaba configurada como secundaria y complementaria a la de fabricación de las grandes series de buques militares, la crisis de ocupación ha dado relevancia al sector. Además, se trata de un segmento que repercute muy directamente en la economía de Ferrolterra, que cuenta con empresas auxiliares con una elevada especialización en las distintas tareas que requiere.

La construcción de un nuevo dique, la cobertura de uno de los ya existentes, junto con otras mejoras para este departamento de las factorías públicas, es una demanda que se remonta a décadas atrás, aunque cobró de nuevo impulso hace tres años, cuando el trabajo empezó a escasear en las antiguas Astano y Bazán.

Con el dique flotante, Navantia podría duplicar el número de buques que recalan en sus instalaciones, llegando a 120 al año y generar medio millar de puestos de trabajo más, una vez que estuviese en plena operación. Los cálculos apuntan a que podría registrar una facturación anual de 45 millones de euros. No solo serviría para reparar barcos más grandes, sino también efectuar transformaciones de navíos, un sector al que ahora no puede acceder porque el dique de mayores dimensiones con el que cuenta está prácticamente saturado todo el año.

En los últimos ejercicios, la división ferrolana ha logrado posicionarse entre los tres astilleros a nivel internacional que más contratos consiguieron en el sector de los buques gaseros, que requiere de una elevada especialización. De acuerdo con el balance económico del 2013 que acaba de publicar la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI), dueña de las factorías, la división de Reparaciones facturó 220 millones de euros.

Magnitudes económicas

El volumen total de ventas de Navantia cayó a la mitad desde el 2010, mientras que la cartera de pedidos pasó de 6.000 millones a 1.201. Aunque la compañía logró reducir los números rojos con relación al pasado año, aún anotó 60 millones de pérdidas, generalizadas en los astilleros, a excepción del área de Reparaciones.