Las desgracias nunca llegan solas, que diría un castizo. Y los Espirito Santo saben bien que es verdad. Expulsados de su banco, y ahora también de la lista de los más ricos del país. Cinco miembros del clan han desaparecido del ránking de las mayores fortunas lusas, que encabeza el empresario Américo Amorim, con un patrimonio valorado en 3.300 millones de euros. Es la primera vez, en los últimos diez años, que no figura ningún miembro de la familia entre los 25 portugueses más pudientes, informa Efe con datos del ránking publicado ayer por la revista Exame.
Los Espirito Santo son propietarios de un enorme emporio cuyo origen se remonta a 1869, con una caja de cambios localizada en pleno centro de Lisboa. Con intereses en diferentes sectores que abarcan desde las finanzas hasta el turismo, la sanidad o la alimentación.
El grupo está controlado por los líderes de las cinco facciones familiares: María do Carmo, José Manuel Espirito Santo, António Ricciardi, Ricardo Salgado y hasta hace unos meses Mário Mosqueira do Amaral (fallecido recientemente). Todos ellos figuraban en la lista de las 25 mayores fortunas lusas del 2012 y desaparecieron en el 2013, reflejo de los problemas por los que atraviesan. La baja más destacada en esta clasificación es la de María do Carmo, la mayor accionista del Grupo Espírito Santo, que el año pasado ocupaba la décima posición de la lista y era la segunda mujer más rica de Portugal.