Arturo Dopico: «La fusión de las cableras del norte no tiene sentido, no hay sinergias»

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Destaca que la firma ingresa un 8 % más que en el 2010 pese a la rebaja de precios

13 jul 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

«Nadie ha llamado a nuestra puerta», dice con rotundidad el consejero delegado de R, Arturo Dopico, para negar el interés de la compañía de cable en participar del proceso de consolidación iniciado en el sector tras la compra de ONO por parte de Vodafone, al entender que no existen oportunidades atractivas. De momento, el ejecutivo sigue apostando por la política de bajar precios, que le ha servido a la compañía para seguir ganando clientes en plena crisis.

-¿Cómo se ha traducido esa estrategia en las cuentas?

-En estos dos últimos años, hemos captado cien mil líneas de móvil en cada ejercicio, muy por encima de lo que teníamos previsto, y en fijo dimos de alta once mil líneas el año pasado. Tenemos 327.000 clientes y 942.000 servicios [entre fijo, Internet, televisión y móvil]. Con la situación económica en la que estamos, la capacidad de consumo de los hogares se han reducido, y no hay otra que bajar los precios. El sector de las telecomunicaciones ha sido el que más lo ha hecho, ahora solo representa el 3,1 % del gasto de los hogares. Ojalá otros, como la energía, hiciesen lo mismo.

-Ahora que se habla de recuperación, ¿perciben algún incremento de contratación?

-Un poco sí se está notando, pero más por la bajada de precios del sector, porque estamos hablando de recortes de un 50 % para productos mejores que los que se ofrecían antes. Según la CNMC, en los dos últimos años las tarifas de móvil se han reducido un 40 %, pero se han duplicado los minutos y los datos.

-¿Y esa estrategia es sostenible?

-No es que sea sostenible, es que si quieres competir no te queda otro remedio. A nosotros nos ha funcionado bien, desde el 2010 hemos aumentado nuestros ingresos un 8 %, cuando en el conjunto del sector caen un 18 %.

-¿Se está sacrificando inversión para bajar precios?

-En el caso de R, seguimos con un ritmo de inversión estable, nos movemos entre los 40 y los 50 millones cada año; en el 2013 fueron 47. Además, hemos mantenido el empleo. Somos 200 profesionales en la compañía, pero trabajando a tiempo completo en el proyecto, por ejemplo comerciales o instaladores, hay 1.500 personas. Una cifra que se mantiene estable desde el 2002.

-¿Cuál es la posición de R ante el proceso de consolidación del sector? ¿Va a participar en él?

-En este momento no existe nada. Tras la operación entre Vodafone y ONO, se rumorean otras con Jazztel o con Yoigo, pero por ahora no hay nada.

-¿Descarta entonces la idea que se ha barajado de una integración entre las cableras del norte?

-En las fusiones tiene que haber una racionalidad económica y, cuando hablas de operadores pequeños, como somos los del norte de España [R, Euskaltel y Telecable], no existen prácticamente sinergias.. No tiene mucho sentido.

-Cuando CVC entró en R aseguró que tenía 1.500 para invertir en la firma, ¿se están reservando para posibles adquisiciones?

-Había un plan de inversión de 300 millones de euros para cinco años, que es el que atañe a Galicia, y, adicionalmente, entre 1.200 y 1.500 para invertir en el crecimiento, tanto orgánico como inorgánico. El primero se está cumpliendo: desde el 2010 se han invertido 135 millones. En cuanto al segundo, se estudiaron operaciones fuera de España y estuvimos peleando para la adquisición de Telecable y Euskaltel, pero no fue posible, se adjudicaron a otros operadores. Siempre hay la posibilidad de crecer mediante compras, pero tiene que haber una racionalidad económica que existía más en el 2010 que ahora, por cómo han evolucionado los resultados de las operadoras.

-Entonces, ¿no están en conversaciones con nadie?

-Ahora mismo no hay conversaciones con nadie y en un plazo medio no nos las planteamos, porque CVC entró a finales del 2010 y su período medio de permanencia en empresas españolas es de 10,8 años. Si surge una oportunidad, siempre existe la posibilidad, pero no tenemos conversaciones con nadie ni un plan para que las haya a corto plazo.