Juan Carlos Escotet: «Confieso que me desesperé hasta que pudimos cerrar la compra»

Rubén Santamarta Vicente
rubén santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

PACO RODRÍGUEZ

«Esta plantilla tenía hambre por demostrar lo que podía hacer», reconoce

29 jun 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Como cabía esperar, Juan Carlos Escotet, venezolano nacido en Madrid por azar hace 55 años, defiende con pasión que Abanca es el nombre que mejor encaja con la nueva entidad que esta semana han presentado en Santiago, tras despedir a Novagalicia. «Es sencillo, como el tipo de banca que vamos a hacer, es un nombre gallego, y representa la triple A, es decir, la solvencia». Pero admite también que tuvo que acostumbrarse: «Es como cuando llega un nuevo hijo, hay que ir haciéndose a él». Escotet tiene cuatro. Y siete bancos repartidos por América Latina y España.

-¿Y a quién se parece este nuevo hijo?

-Tiene alma de la caja y fortaleza de Banesco. Y, sobre todo, el talento que había ya en esta institución. Hay una esencia maravillosa dentro de este equipo, la participación de la plantilla para lanzar este nuevo banco ha sido sorprendente.

-¿No se plantearon que el nombre fuera Banesco, como en Panamá, República Dominicana, Estados Unidos...?

-Sí, al principio, cuando entramos en el Etcheverría. Pero no podía ser por la confusión fonética con Banesto. Era necesario, en todo caso, lanzar un mensaje que no admitiera dudas sobre nuestra vocación gallega, y eso hacemos con Abanca.

-En los 6 meses que lleva ya, de facto, dentro del banco, ¿cuál ha sido su mayor satisfacción y su mayor frustración?

-De lo segundo, sin duda que esperábamos que el tiempo de transmisión efectiva del banco fuera menor. Confieso que me desesperé un poco hasta que pudimos cerrar la operación. Pero las autoridades del FROB y del Banco de España me dijeron que había que respetar los tiempos de Bruselas para que dieran la autorización. Fue un tiempo largo que aprovechamos, una vez que tanto Paco Botas [el consejero delegado] como yo pudimos estar dentro, para ir transformando el banco. Porque, insisto, esto no es solo la marca, es crear un banco nuevo, algo que hemos hecho en un tiempo récord: cambiar la política de riesgos y la comercial, la informática, resolver colas de las oficinas, solucionar las preferentes... Mi mayor sorpresa fue que se pudiera hacer ese cambio en cortísimo tiempo. Había un hambre tremenda en el capital humano del banco por demostrar lo que podían hacer. Mi reconocimiento a la plantilla.

-El día de la firma efectiva con el FROB, lo que parecía un trámite se demoró hasta casi la medianoche... ¿Motivos?

-No hay nada extraño. Simplemente es un proceso complicado, hay que firmar 7 contratos ante notario que no pudieron suscribir antes porque faltaban todas las autorizaciones y cerrar el perímetro de transferencia de activos a la Sareb. Sin más.

-En la presentación de Abanca en Santiago, Feijoo volvió a citar que la sede social, tras la fusión en otoño con el Etcheverría, estará en Betanzos, la ciudad origen de este último. ¿Está decidido ya?

-Es lógico pensarlo porque estamos hablando del banco decano de España [el Etcheverría], que va a cumplir 300 años. Pero, como también dice Javier Etcheverría, la sede social es Galicia, no importa más. Respetaremos el decanato [para la sede social].

-En la convención ante 4.000 empleados les avanzó la posibilidad de salir a bolsa. ¿Por qué? ¿Hay necesidad de captar capital?

-Salir al mercado forma parte de nuestra vocación, pero en ningún caso para perder el control del banco. Nuestros niveles de capital al cierre de año estarán en un cómodo 14 % [el mínimo exigido es un 8 %], por lo que no hay necesidad. Veremos dentro de dos, tres años.

-¿Y cuánto se colocaría en bolsa?

-No hay ninguna decisión tomada, nada definido, créame. En todo caso, insisto, no perderíamos la mayoría de control de esta entidad.

-El gran producto de presentación es un crédito de hasta 50.000 euros en 48 horas. ¿Es lo que demanda su clientela? ¿Así recuperarán la cuota perdida?

- Es un producto exitoso en todos los países en los que estamos, y que con Abanca lanzamos en tiempo récord. En las investigaciones previas que hicimos, una de las cuestiones que más aparecían era devolver la autonomía a los directores comerciales. El mensaje con este producto es que vamos a recuperar cuota de mercado y la autonomía de los directores de oficina, que decidirán directamente la concesión de esos créditos.

-¿Cuántos millones van a colocar en el mercado?

-Permítame que me guarde ese dato para no dar pistas a la competencia.

-El día que lanzaban Abanca, un articulista venezolano en un diario madrileño decía que forma parte usted de la «boliburguesía» [empresarios que han crecido en el bolivarismo]. ¿Lo es?

-No quiero entrar en ese tema. Soy un simple banquero que ha trabajado de sol a sol, que no hace otra cosa y que lo está demostrando en Galicia.

-En su consejo hay una persona, Miguel Ángel Capriles, de una familia muy poderosa y muy conocida en Venezuela. ¿Por qué?

-La familia Capriles hace 25 años que tiene intereses empresariales en España. Miguel Ángel tiene una experiencia considerable y conoce bien el mercado financiero e inmobiliario español. No tiene sentido buscarle relaciones [es primo lejano de Henrique Capriles, líder opositor al chavismo, pero sin relación], ni politizar su nombramiento.

-Con la compra de NCG, ahora Abanca, Banesco se diversifica y su negocio bancario ya no depende tanto de Venezuela. ¿Es premeditado? ¿Quieren tener menos dependencia de su país?

-En absoluto vamos a salir de Venezuela. Fue nuestro primer mercado, nuestro origen, nuestro país. Tenemos mucho afecto y el negocio es sólido y rentable. No hay razón para desinvertir ahí. Hace ya 8 años que decidimos afrontar la internacionalización y los plazos se han adelantado.