El proyecto del nuevo banco: inyectar 12.500 millones tras barrer con todo el pasado

Rubén Santamarta Vicente
R. Santamarta REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

NCG opera como un termómetro en la comunidad y su reactivación es fundamental para agitar al resto de la banca

22 jun 2014 . Actualizado a las 17:01 h.

Hay un puñado de factores que explican la extraña supervivencia de una entidad que ha precisado tres rescates hasta consumir 9.052 millones de euros públicos; que ha pasado por cuatro ERE; que ha recortado su plantilla y red en más de la mitad; que se ha visto sometida a tensiones internas; que tiene a cinco exdirectivos en la Audiencia Nacional por indemnizaciones millonarias; que ha perdido cientos de juicios por vender de forma incorrecta participaciones preferentes; que ha sido escrutada al milímetro... Un puñado de factores que remiten realmente a dos: la fidelidad de la clientela y el esfuerzo de sus trabajadores. Sumado a la audacia y visión de algunos directivos pasados -José María Castellano, muy apreciado por la plantilla-, una entidad condenada ha superado la peor crisis bancaria de España. Y sigue asentada en Galicia.

Ahora, al fin, tras cuatro años taquicárdicos -desde el inicio de las negociaciones de la fusión de las cajas, en abril del 2010- se ve el futuro despejado: hay nuevo dueño (no provisional) y se han salvado tensiones del pasado. La cita de ayer ejemplifica muy bien todo esto: no hubo voces discordantes, ni grandes ausencias, ni manifestaciones en la puerta. Y sí una coincidencia: satisfacción y optimismo. El esfuerzo que se pidió dentro del Coliseum se presume en unos trabajadores que han pasado lo que han pasado.

La reactivación del primer banco de Galicia (esto es lo que realmente persigue ahora el equipo de Banesco) es algo más que una cuestión interna. Es clave para este pequeño país, para sus empresas, para sus familias. Por efecto directo, y por el efecto arrastre: directivos de entidades nacionales asentadas aquí admiten que si NCG crece, ellos se verán forzados a hacer lo mismo, tras el paréntesis de la etapa reciente.

¿Qué supone NCG Banco para la economía gallega?

En números, es como sigue. Unas 110.000 empresas son sus clientes, sumados a 1,9 millones de particulares y 17.000 comercios. Es el principal banco de la mitad de las empresas en las que están. Concede el 35 % del crédito total a las industrias de la comunidad. Son suyas una de cada dos hipotecas y tiene la red más extensa de la comunidad, con presencia en el 87 % de los municipios. No hay una entidad en España con cuotas así dentro de su comunidad de origen.

¿Qué es Banesco?

Es el primer banco privado de Venezuela y uno de los mayores grupos financieros de América Latina, con presencia en 8 países, unos activos de 29.000 millones de euros (frente a los 52.000 de NCG) y 7,2 millones de clientes. Sus rendimientos financieros, según las cuentas publicadas en Caracas, son notables: ganó el año pasado 10.600 millones de bolívares venezolanos, unos 1.200 millones en euros (según el cambio que aplica el banco). Aunque realmente para explicar Banesco hay que acudir a Juan Carlos Escotet, su fundador y primer accionista (tiene un 80 % del capital). Dice que el banco es como «su hijo». Y ese vástago ha pegado en Galicia el mayor salto de su historia: duplica su tamaño de golpe y, además, deja de tener en Venezuela el grueso de su negocio bancario, relevante teniendo en cuenta cómo está ese país. De la importancia de la operación da cuenta que Escotet -banquero de corte tradicional y cuarta fortuna de Venezuela- se haya instalado permanentemente en Galicia. Con su implicación personal en el tejido empresarial, social, cultural o deportivo.

¿Es ya el nuevo dueño de NCG Banco?

Oficialmente no, aunque actúa como tal desde hace meses. Resta firmar con el FROB el traspaso del 88,33 % de la propiedad, que es lo que pasa a manos de Banesco (el resto de NCG está en manos de fondos, aseguradoras y pequeños accionistas). Eso sucederá el lunes o el martes ese trámite ante notario.

¿Cómo se escenificará el cambio de propiedad?

Con un borrado total del pasado. Adiós Novagalicia y lo que sucedió durante los años que existió. La marca de la renovada banca -que se desplegará el viernes- es solo el principio. Porque habrá también cambios en la política comercial y en determinados protocolos. Todo ello se empezará a visualizar de inmediato, esta semana que empieza.

¿Qué ha hecho Banesco desde que ganó la subasta por NCG en diciembre?

En seis meses ha trabajado de forma subterránea, siempre en colaboración con el FROB. De entrada, hizo que se fuera casi todo el equipo directivo para ascender a la segunda línea de la entidad, o para incorporar a directivos propios. La figura clave ahí es Francisco Botas, primer ejecutivo, que ha hecho un equipo a su medida. Paralelamente, ha logrado desactivar el largo conflicto de las preferentes ofreciendo soluciones personalizadas. Ha parado algunas operaciones de venta que no le interesaban. Y ha negociado con Bruselas un nuevo plan de negocio más flexible, para poder crecer.

¿Qué planes tiene ahora para la entidad?

El más inmediato, reactivar el crédito. Objetivo número uno. Lo dijeron ayer en el Coliseum coruñés Botas y Escotet. Sus planes pasan por que el nuevo banco conceda en cinco años 12.500 millones de euros en crédito. Extrapolado a Galicia, teniendo en cuenta que el 60 % de todo el negocio es con su clientela, se deduce que el proyecto pasa por inyectar 7.500 millones en empresas, pymes y familias de la comunidad hasta el 2019. A un ritmo de 4 millones cada día. Todo un reto. Con esos números podría volver a niveles previos a la crisis actual. «Y luego, ya iremos viendo», les dijeron ayer los directivos a los trabajadores.