La dirección de Citroën anuncia una reducción de sueldos en sus fábricas

m. sío dopeso / S. antón REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Su presidente condiciona la supervivencia del grupo al recorte de gasto de personal, un 5 % mayor que el de la competencia

14 may 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los gastos de personal pesan como una losa en los resultados de PSA Peugeot Citroën. En pleno proceso de reestructuración, el grupo recién rescatado por el Gobierno francés y el fabricante chino Dongfeg (con la inyección de 800 millones de euros cada uno) convocó ayer a los sindicatos de todas sus fábricas europeas para comunicarles que el futuro de la multinacional está en sus manos, pero sobre todo, en sus nóminas.

El nuevo presidente del grupo, el portugués Carlos Tavares, fue directo en su mensaje al comité europeo. «Los costes de manos de obra constituyen uno de los gastos fijos más importantes de la compañía y no queda más remedio que reducirlo», dijo, según el relato de fuentes sindicales de la factoría de Vigo que estuvieron presentes en la reunión celebrada en París.

Competir en costes

El patrón del grupo sacó los balances del 2013 para explicar a los sindicatos que el gasto de personal supone un 15,5 % del margen operativo de la compañía, cuando la media de los fabricantes está entre un 13 y un 11 %. Su tesis, según los asistentes, es que «el coste de la mano de obra de PSA no puede ser superior al de la competencia».

Se da por descontado que el mayor esfuerzo de este nuevo recorte que se avecina sobre los sueldos recaerá en Francia, en donde el grupo ya está aplicando un fuerte ajuste en materia de producción y en condiciones de flexibilidad laboral.

Además de los más de 10.000 empleos destruidos en los últimos dos años, el grupo ha reducido a la mitad la capacidad de producción de cinco de sus seis fábricas (solo se salva Sochaux).

¿Cómo afectará la bajada salarial anunciada por Tavares a la fábrica gallega de PSA Peugeot Citroën? Los sindicatos se muestran tranquilos, porque en el capítulo de gastos de plantilla Vigo tiene mucho avanzado. Los cerca de 7.000 trabajadores en nómina cobran una media de 22 euros por hora, 10 menos que los franceses; y su condición de plantilla «chicle», que estira cuando hay picos de producción y encoge cuando cae la demanda, ha sentado cátedra en el grupo, con medidas como los ERE preventivos, la bolsa de horas y los contratos a tiempo parcial.

Cuentan que Tavares también les habló del nuevo plan de producto, que pretende eliminar una treintena de modelos de Peugeot y Citroën del mercado. A la espera de conocer cuáles serán los supervivientes, la factoría de Vigo lucha por ganar la asignación de una nueva furgoneta y un sustituto de la actual gama de berlinas económicas. En todo caso, los sindicatos recuerdan que, aunque la cesión se tomará en el 2015, no habrá nueva carga de trabajo hasta el 2018.