Los gallegos piden ahora la mitad de bajas que antes de la crisis

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

La duración media supera los 57 días, veinte más que el promedio estatal

21 abr 2014 . Actualizado a las 12:55 h.

Que la crisis ha provocado un cambio profundo y acelerado en las relaciones laborales no solo queda patente en la progresiva precarización de los contratos o las continuadas rebajas salariales. También en la extrema prudencia que se han autoimpuesto los trabajadores a la hora de pedir la baja por miedo a perder su empleo. La tendencia la demuestran los datos. Si en el 2008 se concedieron en Galicia 363.096 incapacidades temporales (que no equivale a trabajadores de baja, puesto que una persona puede encadenar varios procesos en un mismo ejercicio), cinco años después, en el 2013, solo se registraron 185.748 procesos. Un 49 % menos.

Alguien podría objetar que por el camino se han perdido miles de empleos y que, por tanto, es lógico que, en consecuencia, se reduzcan las bajas. Pero lo cierto es que, según los datos de la Seguridad Social, el número de trabajadores protegidos en Galicia solo se ha recortado en el mismo período un 11,1 % (122.097 personas), reducción que no justifica por sí sola el desplome en el número de bajas.

Pero esta tendencia ha traído pareja una derivada: el fuerte incremento de la duración media de las incapacidades temporales por contingencias comunes (enfermedad común). En el caso de los trabajadores gallegos, esta se situó el año pasado en 57,4 días por baja, la segunda más elevada de toda España, donde el promedio está en apenas 36 días. De hecho, si bien el número de procesos se ha recortado casi a la mitad durante la crisis, la duración de los mismos en la comunidad se ha incrementado un 16 % en cinco años, cuando en el resto del país se han reducido un 4,6 %.

El porqué de la brecha

¿Y a qué se debe esta diferencia? Fuentes del sector de las mutuas y de los sindicatos coinciden en atribuir buena parte de ese diferencial a la particular estructura productiva de la comunidad, con un mayor peso de sectores primarios, como el agrícola o el pesquero, donde las bajas son menos habituales pero, cuando se producen, se prolongan más tiempo. «Cuando uno trabaja en la pesca, tiene que tener algo verdaderamente grave para pedir la baja», enfatizan desde uno de los sindicatos gallegos.

En cualquier caso, desde las mutuas remarcan que hay muchos otros factores que determinan la mayor duración de las bajas en Galicia, incluidas las particularidades de los diferentes centros de inspección médica, que hacen que haya también notables diferencias entre las provincias (de los 66,7 días en Lugo a los 53,9 de Ourense).

Desde Comisiones Obreras apuntan en otra línea. Recuerdan el peso del empleo femenino en Galicia, en actividades como el marisqueo, la conserva o el textil, donde son más recurrentes ciertos trastornos muscoesqueléticos que, sin embargo, no están recogidos dentro del catálogo de enfermedades laborales, por lo que computan como contingencias comunes y elevan la media.

En UGT inciden en que Galicia es la comunidad con mayor incidencia de accidentes laborales graves de todo el país: 52,2 por cada mil habitantes. Y señalan en otra línea: la de los recortes. Y es que entienden que «las deficiencias que tradicionalmente aquejan al sistema sanitario gallego se ven acrecentadas por la crisis y los recortes en personas, las demoras en la asistencia y las listas de espera».