«Los curiosos y turistas son el pan nuestro de cada día»

toni silva BETANZOS / LA VOZ

ECONOMÍA

Dos de los siete empleados de la farmacia abierta en el siglo XVIII.
Dos de los siete empleados de la farmacia abierta en el siglo XVIII. César Delgado< / span>

Cruzar el umbral de la farmacia Couceiro de Betanzos es entrar en una máquina del tiempo

20 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

La farmacia Couceiro de Betanzos debería estar de guardia todos los días del año menos los lunes. Como los museos. Este establecimiento ubicado en el corazón del casco histórico acumula ya nueve generaciones de farmacéuticos que no solo han prestado sus servicios a sus clientes, sino que han sabido respetar la idiosincrasia de un local abierto cuando gobernaba Felipe V. Cruzar su umbral es entrar en una máquina del tiempo. Por ello curiosos y turistas entran solamente a hacer una fotografía. «Es el pan nuestro de cada día», explica Elvira Martínez, miembro de esta saga de farmacéuticos que trabajó «cuarenta y muchos años» en este templo de la medicina. Aún son muy populares las fórmulas magistrales que se encargan para problemas epidérmicos. «Y de vez en cuando aún siguen pidiendo las de la sarna». Además de los antiguos botes que decoran las paredes a la vista de los clientes, en la rebotica se guardan reliquias antiquísimas, como una estufa de cultivo para análisis. «Son piezas de museo», dice Elvira. Y un museo es esta farmacia, ejemplo a seguir en un casco histórico seriamente amenazado.