Las petroleras ya no podrán dictar precios a estaciones franquiciadas

F. Fernández REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El sector de las estaciones de servicio teme que el cambio provoque cierres.
El sector de las estaciones de servicio teme que el cambio provoque cierres. josé manuel casal< / span>

El Gobierno cambia la ley de hidrocarburos para favorecer la competencia

14 abr 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Los propietarios de las estaciones de servicio contienen la respiración. A finales de julio entrará en vigor una nueva normativa estatal que revolucionará el sector. Son medidas aprobadas por el Consejo de Ministros el año pasado encaminadas, en teoría, a liberalizar más el negocio y dar alas a la competencia. La sombra de la sospecha planea desde hace años sobre el sector de los hidrocarburos, investigado hasta la saciedad por la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) por posibles pactos entre petroleras para imponer los mismos precios de venta al público. Nada hay más anticompetitivo que eso e inspectores de la CNMC llegaron a registrar en varias ocasiones las sedes de las principales operadoras en busca de pruebas. El expediente sigue abierto, pendiente de resolución.

El Ministerio de Industria tomó cartas en el asunto y modificó el año pasado algunos aspectos de la ley de hidrocarburos. Son los que entrarán en vigor este verano. El principal cambio será que las petroleras tendrán que renegociar totalmente los contratos de suministro con sus estaciones de servicio abanderadas (o franquiciadas). Durarán como máximo un año, en lugar de cinco como ahora, y ya no podrán ni recomendar ni imponer el precio de venta al público al dueño de la gasolinera.

Esto se traducirá en que los propietarios dejarán de percibir, como hasta ahora, una comisión fija por litro costase este lo que costase. Es decir, el margen comercial de los propietarios de las gasolineras abanderadas dejará de estar garantizado. «Ahora las rentabilidades ya son muy pequeñas, así que no sabemos lo que va a pasar», explica Julio López, miembro de la directiva de la asociación provincial de A Coruña y de la federación gallega de estaciones de servicio.

En la práctica, lo que podría ocurrir es que si el propietario de una estación quiere aumentar márgenes tendrá que subir el precio de venta al público del producto. Pero, si hace esto, perderá clientes y tendrá que competir con otras instalaciones que podrían optar por abaratar los combustibles para así arañar consumidores. Esta situación podrán afrontarla mejor los grandes, pero los más pequeños lo tendrán bien complicado.

Julio López no se atreve a predecir el futuro, pero teme que lleguen a cerrar gasolineras, con los consiguientes despidos de trabajadores, por falta de rentabilidad del negocio. De hecho, aclara, esto ya está ocurriendo. Así, explica que en la zona que él controla -posee una estación en Cee- han echado el cierre ocho gasolineras en los últimos meses. Entre ellas, añade, las hay abanderadas, pero también propiedad de las petroleras.

Sin embargo, hace unas semanas, fuentes de Repsol, la primera petrolera del país, negaron que estuviese en marcha plan alguno para cerrar estaciones propias. De hecho, alardearon de que a 31 de diciembre del 2013 poseían en toda España el mismo número de instalaciones que justo un año antes: 3.615.

En Galicia existen unas 400 estaciones, la gran mayoría en manos de Repsol y Cepsa, que ya no podrán abrir más. El Gobierno también limitó el número de gasolineras por provincia que podrá tener un mismo operador.