El «pool» acreedor de la banca se queda sin Bankia para reflotar Pescanova

M. Sío Dopeso / S. Antón REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

El FROB veta la entrada de la entidad nacionalizada en inversiones de riesgo

28 mar 2014 . Actualizado a las 10:32 h.

Bankia no participará en el plan de rescate de Pescanova que promueven los mayores acreedores financieros, en el caso de que fracase la propuesta de convenio presentada por el grupo Damm, el fondo Luxempart y el consejo de administración de la compañía.

La entidad que preside José Ignacio Goirigolzarri mantendrá su apoyo al proyecto, pero desde la posición de «mero» acreedor de nada menos que 126 millones de euros, de los 1.000 millones que se reparten los integrantes del pool bancario que ahora queda reducido a seis miembros: Banco Sabadell (222 millones), Banco Popular (165 millones), NCG (161 millones), Caixabank (157 millones) y el grupo italiano UBI Banca (126 millones).

Pese a su desmarque de la operación de rescate, Bankia desmintió ayer que esté negociando la venta de su paquete de créditos. «No se ha vendido, ni se está vendiendo deuda», explicó la entidad.

¿A qué se debe este paso atrás de Bankia, después de haberse involucrado desde el primer momento, e incluso haber inyectar más dinero cuando la compañía comenzó a desmoronarse para evitar la quiebra? A falta de explicaciones por parte del banco, otras fuentes financieras atribuyen la decisión a su condición de entidad nacionalizada y bajo la supervisión del Fondo de Reestructuración Ordenada Bancaria (FROB), que imposibilita la inversión en participaciones empresariales, como sería el caso del denominado plan de salvación de Pescanova. El proyecto, que se pondría en marcha si el juez abre el período de liquidación, exigirá una inyección de capital por parte de las entidades para reflotar la compañía que, con la salida de Bankia, obligará a hacer un esfuerzo mayor al resto de los bancos.

A la pregunta de si puede NCG, todavía nacionalizada, seguir el mismo camino, fuentes de las negociaciones lo descartan basándose en la vinculación gallega entre ambas empresas.

Con el pool bancario reducido a seis y la propuesta de convenio a la espera de adhesiones, entre las que no están las de la gran banca, la incertidumbre sobre el futuro de la compañía es cada vez mayor.

La Xunta vigila

Ayer, la conselleira Traballo, Beatriz Mato, aseguró en Vigo que la Xunta «está muy vigilante respecto a lo que ocurre en Pescanova». Explicó que el escenario en el que trabaja el Gobierno de Feijoo pasa no solo por que el círculo neurálgico de la multinacional se siga manteniendo en Galicia, sino que se garanticen todos los puestos de trabajo.

Mato consideró «lógica» la preocupación de la plantilla después de un año de negociaciones, y demandó a bancos y demás acreedores «altura de miras» para lograr un acuerdo «lo más favorable posible».