Los ingresos de los principales damnificados del tren de ciclogénesis se han reducido hasta un 50 %
05 may 2014 . Actualizado a las 13:15 h....Llegó la calma. Casi tres meses de temporales encadenados han dejado un reguero de pérdidas y damnificados en el sector pesquero. Hay quien asegura que los ingresos se han reducido hasta un 50 % en algunos casos. En las lonjas, la actividad sufrió una caída del 21 % en comparación con el mismo período del año anterior.
Basilio Otero, marinero de bajura: «¿Apoio público? Só é efectivo o prorrateo da Seguridade Social»
«As perdas son moi grandes e irrecuperables». Del 20 de diciembre a finales de febrero, en A Mariña lucense golpearon tantos temporales que la mayoría de la flota de bajura solo pudo pescar una semana seguida, y el resto, días sueltos. Peor lo han pasado los barcos pequeños, que, en Ribadeo, por ejemplo, no ganaron ni un euro durante dos meses. Basilio Otero, patrón mayor de Burela, cuenta que la lancha artesanal Siempre Xiana no le ha permitido cubrir gastos con lo que ha ingresado durante el tren de borrascas. Han apelado a la Administración, pidiendo auxilio ante una situación excepcional. ¿Es efectivo? Otero responde con otra pregunta «¿Apoio público? Só é efectivo o prorrateo da Seguridade Social».
Otero, como el resto de los armadores y marineros de la Cofradía de Burela, considera que aplazar pagos es viable. Para perdonarles las cuotas de la Seguridad Social durante tantas semanas de paro forzoso, el Estado les exige «xustificar unha regulación de emprego polo mal tempo, e nadie o fai». Aún esperan que se habilite una partida de créditos blandos, para inyectar liquidez y para afrontar reparaciones de aparejos dañados por los temporales.
¿Cuánto perdieron en dinero contante y sonante? Otero estima que las lanchas de bajura de A Mariña pueden ingresar entre 300 y 500 euros cada día de pesca, de diciembre a mayo. Y relataba el rosario de gastos fijos -los que hay que pagar se pesque o no- de una lancha con dos tripulantes como la suya. Prorrateando los costes anuales, y sin combustible, unos 1.000 euros al mes.
Sita Castro, mariscadora de A Illa: «Nas praias non hai marisco e nas lonxas non hai prezos»
«A xente que vive do mar está a pasalo moi mal, moi mal», dice Sita Castro. Y las mariscadoras de A Illa, a las que dirige y representa, no son una excepción. «Non hai marisco e non hai prezos», sentencia esta veterana de la arena. La crudeza del invierno se ha cebado en las concesiones de la cofradía isleña, arrasando con la almeja babosa y con la fina, dejando los bancos tan vacíos que coger los topes exige «que veñan mareas moi boas para que dea tempo a apañar, e nin así». La escasez de marisco debería traducirse, si la lógica del mercado funcionase, en un incremento de los precios. Pero esa subida de las cotizaciones es tan ligera que apenas se nota. «Os prezos de hai uns anos pasaron á historia. A babosa aínda repuntou un pouco, pero na fina nótase moito a crise», apunta Sita.
Pero la resignación no sirve en el mundo del mar. Así que las mariscadoras de A Illa, igual que sus compañeras del resto de las cofradías arousanas, están preparándose para intentar recuperar sus bancos marisqueros. «O que nos queda agora é facer resembras, pero ata o mes que ven non empezaremos. Hai que agardar a que faga algo máis de calor, o marisco pegue ben e non haxa a auga doce que aínda hai no mar», sentencia la responsable del marisqueo a pie en la Cofradía de A Illa. También le tocará a las mujeres hacer limpiezas, aunque consideran que este verano será poco el esterco que les tocará retirar de las playas. Y es que los temporales de invierno han lanzado contra las playas mareas verdes de algas que ya han sido recogidas.
José Piñeiro, bateeiro: «É peor o que nos fan outros»
José Ramón Piñeiro, de Rianxo, es un bateeiro joven. Frisa los treinta años. Parece tímido. Habla despacio. Pero es contundente. Vaya si lo es. Su discurso coincide con el que cada vez pronuncian más productores de mejillón. Al preguntarle si los temporales hicieron mucho daño en el sector, dice: «Por suposto que si houbo danos. Foi un inverno moi duro, hai moitas bateas danadas e foise mexillón ao fondo. Pero que ninguén se engane, os temporais fan dano, pero é peor o que nos fan outros. Agora mesmo ao noso sector fanlle o que queren, xogan con el».
Cuando se le pregunta quiénes son esos, los que enturbian su actividad, también lo tiene claro: «Non é ningún secreto. A Xunta non se porta ben, tampouco Anfaco e os que permiten, deixando que se venda bivalvo mal etiquetado, que produto foráneo pase por galego». Por último, ten clara a medicina: «O sector ten que sacar peito, deixarse de historias e unirse xa».
Carmen Santos, pescantina: «Hubo días en los que no trabajé»
Los temporales vaciaron lonjas y plazas en toda la ría de Pontevedra y el mercado de la capital también se vio afectado por el desabastecimiento. Es una situación que agravó las dificultades habituales de principios de año, después de los festejos de Navidad y Fin de Año. María del Carmen Santos, presidenta de la asociación de profesionales de la plaza de abastos, y ella misma pescantina, explica que la sucesión constante de ciclogénesis y alertas en el mar les complicaron mucho la vida en enero y febrero. «La cosa fue muy floja, porque al no haber pescado, la gente no venía a comprar. Yo por ejemplo, el martes no trabajé, y no fue el único día. Y en otros muchos estábamos a mínimos». La experiencia de Santos la comparten en todas las plazas de la comarca y ahora el anuncio de unos días de buen tiempo reabre las esperanzas. «Hoy [por el viernes] la plaza ya estuvo algo más animada y espero que vaya a mejor».
Mario Traba, marinero: «Perdín a metade das nasas de polbo»
Mario Traba es el patrón del Halifax, un pesquero de 10 metros de eslora con base en Fisterra, en el que trabajan él y un marinero «porque a cousa non da para máis». Ahora lo tiene peor porque los sucesivos temporales le han hecho perder más de la mitad de las nasas de pulpo de las que viven dos familias. Calcula que se han quedado sin 200 artefactos, lo que no es poco, porque cada uno de ellos está valorado en 30 euros. Para salir al mar tras el revuelo provocado por Cristina tuvo que comprar algunas nasas, pero no puede reponerlas todas. Calcula que desde noviembre ha podido trabajar una docena de días, lo que no llega ni para pagar los gastos. Ha tenido que pedir un crédito para poder volver al mar y no sabe cuándo podrá recuperarse de este invierno tan duro.
Información elaborada por Salvador Serantes, Rosa Estévez, María Hermida, Marcos Gago y Cristina Viu.