Navantia evita concretar si habrá más pedidos en Ferrol

Beatriz García Couce
beatriz couce FERROL / LA VOZ

ECONOMÍA

Los trabajadores se concentraron frente al edificio en donde estaba reunido Revuelta.
Los trabajadores se concentraron frente al edificio en donde estaba reunido Revuelta. césar toimil< / span>

El presidente se reunió con los comités, a los que no aclaró el estado de las negociaciones para lograr más carga de trabajo

05 mar 2014 . Actualizado a las 12:23 h.

El presidente de Navantia, José Manuel Revuelta, mantuvo ayer un encuentro con los responsables del programa del flotel de Pemex para oficializar la puesta en marcha de un nuevo proyecto, el Lean, que persigue la reducción de los costes y los plazos de fabricación. El objetivo es el de entregar el barco antes de los 29 meses marcados por la petrolera mexicana.

El máximo responsable de la compañía pública se reunió posteriormente con los representantes de los trabajadores, que le preguntaron insistentemente por las opciones de lograr nuevos encargos, aunque no lograron obtener información concreta al respecto, explicaron fuentes sindicales.

Revuelta insistió en que la obtención de la carga de trabajo es su máxima preocupación, aunque eludió detallar el estado de las principales negociaciones para la consecución de contratos, como el gasero para Gas Natural, el suministro de componentes para el macroproyecto de eólica marina de Iberdrola u otros concursos internacionales que se resolverán, afirmó, cuando quieran los potenciales clientes. Con respecto al anuncio de un nuevo buque que va a autorizar el Gobierno, apeló a las palabras del ministro Cristóbal Montoro de que se trata de un barco para la exportación.

El presidente de Navantia afirmó que la empresa quiere garantizar el futuro de Navantia Fene -que tiene prohibido construir buques civiles hasta el 31 de diciembre- y por ello no participará este año en la fabricación del flotel. Esta decisión, anunciada anteriormente por la compañía, condena al astillero a la inactividad durante este año.

Paralelamente a la reunión, unos 400 trabajadores se concentraron frente al edificio en el que se celebró el encuentro. Un grupo de ellos accedieron al interior y se concentraron en la entrada, en donde pidieron a gritos la dimisión de Revuelta.