El cerco logra una salida a la xarda y al jurel y desconvoca las protestas

s. antón / e. mouzo / e. abuín REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Representantes del sector llegaron a un acuerdo tras reunirse en Santiago

12 feb 2014 . Actualizado a las 12:55 h.

El epílogo de las protestas que el sector del cerco llevó a cabo ayer en A Coruña y Vigo fue la reunión que a última hora de la tarde mantuvieron en Santiago los representantes del sector, aquellos mismos que el 20 de diciembre dieron en Madrid su visto bueno al reparto de xarda y jurel, con las autoridades de la Consellería do Mar, a la que finalmente también fueron invitados los representantes designados por los marineros en una reunión celebrada en Portosín.

En el encuentro, los representantes de la consellería aseguraron al sector que el acuerdo era positivo para que la flota pueda acceder a las pesquerías.

Los representantes de la Xunta afirmaron que analizarán profundamente los datos aportados por el ministerio para buscar los errores y que pedirán a los responsables del Gobierno central que corrijan las posibles incorrecciones. También solicitaron a los representantes de los marineros y armadores que plantearan a sus asociados que la cuota de xarda de Galicia debería gestionarse desde Galicia de forma conjunta.

Desde la consellería se hizo además un llamamiento al sector para que reine «la tranquilidad y la serenidad» porque las administraciones y el sector «van de la mano» para conseguir «gestionar de la mejor manera posible» los caladeros y las cuotas.

Finalmente, poco después de que finalizara la reunión en Santiago, los representantes de los pescadores anunciaban que en principio se desconvocaba la manifestación que tenían previsto realizar hoy por las calles de Santiago y aseguraron que estaban dispuestos a aceptar lo acordado el pasado mes de diciembre.

En contrapartida, acordaban repartir la cuota de xarda asignada a Galicia por tripulante embarcado y la de jurel, distribuirla en un pool con toda la cuota, de la que se van descontando las capturas.

Otra jornada de lucha en los puertos gallegos

Si el lunes las protestas fueron salpicadas por los puertos de Galicia, ayer dos dársenas concentraron el malestar del cerco gallego por los derroteros que lleva la distribución de xarda y jurel entre las cuatro comunidades que pescan en el Cantábrico. Los de Malpica, Portosín, Camariñas, Sada y el resto de los cerqueros coruñeses se reunieron en A Coruña. Los de Cambados, Portonovo, Bueu, Redondela y demás profesionales pontevedreses se fueron a Vigo. Y desde ambos extremos del mapa armadores y marineros del cerco cargaron contra la intención de otorgar al País Vasco el 48,6 % de la cuota de xarda que tiene España en el Cantábrico y dejar para Galicia el 24,8 %.

En uno y otro lado provocaron un caos circulatorio. En A Coruña causaron problemas durante una hora, la que duró la marcha, y un gran embotellamiento cuando ocuparon los dos carriles de una de las principales arterias de la ciudad. Con tres pancartas en la cabecera, las consignas pidiendo la dimisión del ministro Arias Cañete y de la conselleira Rosa Quintana fueron las más coreadas, junto a las que reclaman igualdad de trato entre pescadores gallegos y arrantzales vascos.

En Vigo, la protesta no se redujo a hacer sonar las bocinas de los barcos y explotar petardos. Por segundo día consecutivo, patrones y marineros salieron del recinto portuario y, durante una hora, cortaron el tráfico en los accesos al túnel de Beiramar, lo que provocó un importante atasco de tráfico, en el que quedaron atrapados docenas de camiones.

La concentración obtuvo un respaldo mayor que la del lunes ya que se sumaron también exportadores de pescado ?«a ver si haciendo ruido nos escuchan»? y trabajadores de frigoríficos con actividad ligada al cerco: «Hemos hecho grandes inversiones y tenemos mucho acero, pero pescado, ninguno», se lamentaban.

Al término de la protesta, los manifestantes esparcieron varias cajas de jurel congelado en la rotonda de O Berbés y el túnel de Beiramar. Las primeras se convirtieron en festín para cientos de gaviotas; a las segundas les prendieron fuego en un contenedor que, pese a la intervención de los bomberos, acabó calcinado.