De Guindos se marcha a la City y Wall Street a cazar inversores

Mario Beramendi Álvarez
mario beramendi REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

De Guindos, en el último encuentro con inversores celebrado en España.
De Guindos, en el último encuentro con inversores celebrado en España. ANDREA COMAS < / span>REUTERS< / span>

A finales de febrero habrá parada en Tokio y en Hong Kong

20 ene 2014 . Actualizado a las 07:00 h.

Después del fiasco de Buenos Aires y la olimpiada, con la corrupción institucional y política acechando por todas las esquinas, la Moncloa ha confiado a los tímidos avances de la economía un papel que podría parecer desmesurado: levantar la moral y vender, allá por donde fuera menester, que hay un modo español de salir de la crisis.

El espaldarazo de Obama a las reformas, su bendición pública en Washington, el brindis de Rajoy con albariño a orillas del Potomac, han supuesto el arranque de oro para una carrera a la que se sumará ahora Luis de Guindos. Hoy mismo inicia una gira por Londres y Nueva York en la que tendrá la oportunidad de reunirse con los inversores para exponerles los avances de la economía española. A finales de febrero, habrá parada en Tokio y en Hong Kong.

El mensaje es ya conocido: España, tras un proceso tremendo de ajuste, muy doloroso para muchos, es un país que crece, en el que confían cada vez más los inversores, con credibilidad para refinanciar su deuda en los mercados y que, más pronto que tarde, empezará a generar empleo.

Durante la celebración del Spain investors day el pasado miércoles, al que acudieron casi 300 inversores internacionales para entrevistarse con empresas españolas, el ministro De Guindos defendió que los fundamentos de las finanzas españolas son «saludables» y confió en que el próximo paso de las agencias de calificación sea mejorar la nota de la deuda soberana española.

Más allá de los mensajes, de la indiscutible mejora de algunos indicadores, y a la espera de que la recuperación llegue a las familias, lo cierto es que el proceso de ajuste ha sido tan intenso que España se ha convertido en la gran oportunidad para los inversores. Barreras, ahora controlada por Pemex, o NCG Banco, ahora en manos del grupo venezolano Banesco, dan buena cuenta de ello. El discurso oficial habla de la seguridad jurídica, de la competitividad del país, de las fortalezas. Pero hay otra realidad paralela: nos hemos abaratado tanto que han proliferado las gangas y las bicocas.