Los sindicatos de NCG mantienen sus temores sobre el futuro del empleo

Gabriel Lemos REDACCIÓN / LA VOZ

ECONOMÍA

Más de medio centenar de trabajadores se concentraron esta mañana en A Coruña pidiendo que se mantenga la plantilla

20 dic 2013 . Actualizado a las 04:23 h.

Si las primeras palabras del nuevo dueño de Novagalicia Banco, Juan Carlos Escotet, fueron para mostrar su compromiso con el mantenimiento de la plantilla de la entidad, salvo algunas duplicidades de oficinas muy puntuales, los sindicatos mayoritarios en el banco le correspondieron ayer con un voto de confianza. Desde Comisiones Obreras valoraron positivamente la promesa, reiterada ante la Comisión Nacional del Mercado de Valores, y emplazaron a que, una vez finalizado el proceso de subasta, se abran «los cauces de diálogo pertinentes con toda la representación sindical, que clarifiquen el nuevo plan de negocio que debe ser garantía de servicio a la sociedad y del empleo».

Como mano tendida al nuevo propietario, UGT, CIG y ASCA desconvocaron ayer la manifestación prevista para el sábado en Santiago.

El sindicato mayoritario en el banco se felicita del cierre de una etapa que ha generado gran incertidumbre entre la plantilla, aunque reconoce que «queda mucho camino por recorrer». Comisiones garantiza lealtad institucional -«no participaremos en acciones que puedan comprometer la nueva andadura»-, pero la vincula a que la nueva propiedad respete los derechos de los trabajadores.

CC.?OO. fue el gran ausente en la concentración que otros tres sindicatos (UGT, CIG y ASCA) habían convocado en defensa del empleo en NCG y que, pese a la resolución de la subasta, se celebró ayer como esta previsto delante de la sede del Banco de España en A Coruña. El portavoz de UGT, José Ramón del Pliego, entiende que si Banesco cumple su palabra «salvariamos moitos postos de traballo que nos viamos seriamente en perigo se fose outra entidade ou incluso un fondo» el que hubiese adquirido Novagalicia.

Del Pliego valora que el compromiso con el empleo del nuevo propietario se extienda a la obra social, aunque prefiere mantener la cautela hasta que se conozcan los detalles concretos del proyecto escogido por el FROB para hacerse con las riendas de la primera entidad financiera gallega. «Quen vén comprar é un banco e a súa actividade é gañar diñeiro; a posibilidade de que acabase tendo un certo grado de desguace a base de vender trozos de negocio estaba aí e se hoxe estamos aquí é porque, aínda con Banesco, seguimos tendo ese medo no corpo», indica el responsable de UGT.

Frente al optimismo inicial en material laboral, el sindicato, que reiteró su preferencia por que NCG hubiese continuado como una entidad pública, es mucho más crítico con la vertiente económica de la operación, al recordar que se pierden ocho mil millones de euros de fondos públicos inyectados en la entidad, «que vai ter que asumir o Estado e todos os españolitos», recuerda.

Una compra de 400 millones

Un extremo, este último, en el que coincidieron con el portavoz de la CIG, Clodomiro Montero, que criticó que «o Estado botou ao lixo unha cantidade equivalente aos Orzamentos da Xunta para o 2014». En ese sentido, puso en duda de que se puedan cifrar los ingresos por la venta de NCG en mil millones de euros: «Non nos saen as contas, Banesco pon 400 millóns de euros de xeito inicial e o resto será pagado a prazos ata o 2018, pensamos que con cargo aos beneficios da empresa». Unos beneficios que, recuerda, hubiesen revertido en el Estado de haberse mantenido como una entidad pública.

Montero mostró de nuevo su oposición a la venta al entender que «Galiza perde a súa entidade financeira, que pasa a ser unha entidade venezolana, non se pode dicir que vaia seguir sendo galega». A diferencia de los otros sindicatos, tampoco ve claras las garantías para el empleo, e informó que su central ha solicitado al FROB y a la dirección de NCG que dejen sin efecto el expediente de regulación de empleo, salvo aquellas medidas a las que los trabajadores se hayan acogido de forma voluntaria. «Esa é a mellor garantía de emprego», zanjó.