Mar obliga a devolver navaja en Corcubión tras detectar toxina

Juan Ventura Lado Alvela
J. V. Lado CEE / LA VOZ

ECONOMÍA

Los profesionales, indignados por que el banco se cerrase con retraso

28 nov 2013 . Actualizado a las 18:47 h.

Los mariscadores fisterráns que se dedican a la extracción de longueirón y navaja en la ría de Corcubión recogieron el martes algo más de 80 kilos de bivalvo que ayer, por indicación de la Xunta, tuvieron que recuperar del comprador que ya se los había llevado y devolverlos al mar tras detectar toxina en la ría. La devolución del producto indignó a los productores, porque llueve sobre mojado. No es la primera vez que ven cómo el resultado de su trabajo regresa al fondo del mar por falta de previsión.

El martes no existía impedimento alguno para faenar, salvo el fuerte viento y los 9 grados de temperatura del agua que hicieron que algunos mariscadores se diesen la vuelta y otros, de la decena que sí trabajaron, abandonasen las inmersiones a pulmón antes de completar los 15 kilos de tope. Sin embargo, como explica el patrón mayor fisterrán, Manuel Martínez, ayer recibieron un fax del Intecmar que les ordenaba recuperar la navaja y decretaba el cierre de la ría porque las muestras de mejillón de roca habían dado positivo por toxina. La cofradía se puso en contacto con el comprador, que al tratarse de marisco de una zona B ya había enviado los 80,5 kilos de marisco a la depuradora para comercializarlo. Las cajas de navajas volvieron a Corcubión y el mariscador Guillermo Traba, con su lancha y la ayuda de Gardacostas, las devolvió a la misma zona donde habían sido extraídas, junto a los antiguos astilleros Sicar de Cee.

Casi al tiempo, el patrón mayor envió a otros buzos a recoger una muestra de navaja que le ha sido remitida al Intecmar por mensajería urgente para que pueda ser analizada y decrete la apertura del banco cuanto antes.

Para Traba y otros compañeros toda la maniobra es poco menos que una burla y, además, peligrosa. «Con este xeito de actuar nós podemos intoxicar á xente tranquilamente, sen sequera sabelo», asegura el mariscador, que considera que las analíticas deben hacerse antes de que ellos pasen varias horas en el agua «cunhas temperaturas que conxelan os dedos» y sobre las propias navajas, no en otras especies que nada tienen que ver en cuanto a absorción de toxicidad. Se queja de que nadie tenga en cuenta sus condiciones «porque non estamos nunha oficina cun bolígrafo» y que tampoco les vayan a abonar un trabajo que, con la debida previsión, se podrían haber ahorrado, tanto ellos, como el lonjero, el comprador, el transportista y mismo los gardacostas.